EL MUNDO
Lluvia de misiles
Que Osama bin Laden esté vivito y coleando, es algo que ya no se duda en Afganistán y en Estados Unidos. Pero de lo que se dudaba era de la capacidad de las fuerzas de su organización Al-Qaida en la región de Asia Central. Y ayer, un grupo de activistas afganos lanzaron un ataque de varias horas con misiles contra un campamento militar de Estados Unidos cerca de Gardez (Este de Afganistán), en una región donde se supone que hay talibanes y miembros de Al-Qaida. No se informó si hubo víctimas. Por su parte, guardias fronterizos rusos mataron a cuatro afganos armados que intentaban pasar ilegalmente a Tajikistán, y a un cómplice tajiko que los esperaba del otro lado del río Piandj, que separa ambos países.