Dom 28.01.2007

EL MUNDO

Irán acusó de terrorismo a EE.UU. por apuntarles a sus agentes en Irak

La respuesta iraní a la orden de Bush de matar a agentes iraníes en Irak no se hizo esperar. Washington acusa a los iraníes de entrenar y armar a las milicias de insurgentes, mientras Teherán, a los norteamericanos de acosar a sus diplomáticos. Rusia pide aclaraciones.

Irán reaccionó ayer con fuertes críticas a las informaciones de prensa según las cuales la Casa Blanca habría dado luz verde para matar a agentes iraníes en Irak. “Espero que esa información sea falsa, porque una orden de ese tipo sería un acto terrorista contra toda norma internacional”, manifestó el presidente de la Comisión de Política Exterior del Parlamento iraní, Alaedin Boruyerdi. En tanto, Rusia dijo que Estados Unidos debe aclarar qué hay detrás de su expansión militar en la región, y que se deben evitar sanciones contra el país persa al margen de las Naciones Unidas.

El Washington Post había informado el viernes que el permiso para matar a agentes iraníes formaría parte de una nueva estrategia más dura del gobierno del presidente George W. Bush, que acusa a Irán de entrenar y armar a las milicias en Irak. El presidente Bush no desmintió esa información. “Proteger a nuestras tropas en Irak es política de Estados Unidos”, dijo. Bajo la directiva anterior, los soldados estadounidenses sólo podían detener provisionalmente a los iraníes y, tras identificarlos, debían dejarlos libres.

Hace sólo unas semanas los iraníes acusaron a Estados Unidos de detener a seis diplomáticos de su consulado en la ciudad de Erbil, al norte de Irak, mientras los norteamericanos alegaron que el edificio no era una sede diplomática y que los hombres estaban planeando actos terroristas. Tras darse a conocer la nueva directiva de la Casa Blanca, el vicepresidente iraquí, Adel Abdel Al Mahdi, afirmó que Irak no debe encontrarse atrapado “en medio de un tiroteo” entre Irán y Estados Unidos. “Nosotros no queremos ver a Irak en medio de un ‘tiroteo’ entre los norteamericanos, los iraníes o cualquier otro Estado”, declaró Al Mahdi durante un debate en el Foro Económico de Davos.

El ex presidente iraní Mohamed Jatami, quien también participaba en dicho debate, afirmó por su parte que la decisión de la administración Bush podía conducir a una escalada de la tensión entre Irán y Estados Unidos. En tanto, el presidente de la Comisión de Exteriores del Parlamento afirmó que Irán considerará al gobierno iraquí de Nuri Al Maliki directamente responsable de eventuales muertes violentas de iraníes por parte de militares de Estados Unidos en Irak.

Por otra parte, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, dijo que Estados Unidos debe esclarecer su estrategia en Irak y el aumento de su presencia militar en Medio Oriente. “No he visto ningún cambio en la retórica ofensiva de Washington. La retórica continúa, como las acciones para aumentar la presencia militar en la región”, sostuvo el canciller. “Entonces, queremos aclarar qué hay detrás, en el encuentro en Washington del 4 de febrero, cuando se reúna el cuarteto de mediadores internacionales para Medio Oriente”, advirtió Lavrov.

El secretario del Consejo de Seguridad ruso, Igor Ivanov, viajó ayer a Irán, donde planea reunirse con autoridades para evaluar el curso del litigio por programas nucleares. Al respecto, Lavrov sostuvo que tras el consenso para la resolución que el Consejo de Seguridad de ONU aprobó el 23 de diciembre, Estados Unidos debe evitar sanciones al margen de la ONU. “No querría que uno de los países líderes, Estados Unidos en este caso, comience a perseguir una política de sanciones suplementarias que no fueron negociadas con el Consejo de Seguridad”, dijo el canciller ruso. “Esas decisiones son unilaterales y dañan el esfuerzo colectivo en las relaciones con Irán y nuestro común empeño en influenciar a Teherán para que reanude las conversaciones”, agregó. La resolución de ONU que impuso sanciones a Irán dio plazo de 60 días para que Teherán cancele sus actividades para enriquecimiento de uranio, pero a pesar de ello el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, anunció el desarrollo de miles de centrifugadores para obtener uranio enriquecido en escala industrial.

Las declaraciones de Rusia se producen en el marco del anuncio del gobierno de George W. Bush de su objetivo de instalar bases antimisiles en Polonia y República Checa. Rusia considera que la decisión de Washington daña el equilibrio en la región y expande la presencia militar estadounidense en Europa, lo cual obliga a Moscú a evaluar nuevas estrategias, ya que esas bases constituyen una amenaza.

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