El preso Iñaki de Juana Chaos, en huelga de hambre desde hace tres meses, habló con el diario The Times y por primera vez se manifestó a favor del diálogo para acabar con la violencia.
› Por Oscar Guisoni
Desde Madrid
Iñaki de Juana Chaos, uno de los presos más emblemáticos de ETA, ha reabierto la puerta al diálogo con el gobierno para poner fin a la violencia separatista, en una entrevista realizada por el diario londinense The Times. De Juana es protagonista desde hace tres meses de una huelga de hambre que le ha hecho perder cerca de treinta kilos y lo mantiene al filo de la muerte desde hace días. La noticia llega en un momento en el que arrecian los hechos de violencia callejera cuyo máximo exponente ha sido la colocación de varias bombas incendiarias en la madrugada del lunes en la estación de ferrocarril de la localidad de Lutxana en el País Vasco, que concluyó con la destrucción y el incendio del edificio.
De Juana Chaos no es un preso cualquiera de la banda ETA. Permanece en prisión desde el 16 de enero de 1987, cuando fue detenido en Madrid acusado de dirigir el comando etarra que operaba en la capital española. En ese entonces tenía 32 años y ya había asesinado a 25 personas. Antes de ingresar al grupo separatista, De Juana era policía vasco, razón por la cual nunca gozó de la confianza de la plana mayor de la banda. Una vez preso se hizo famoso por pedir champagne y langostinos cada vez que ETA mataba a “un enemigo”, una frialdad que no abandonó cuando lo entrevistó el periodista inglés Thomas Catan, al que manifestó no estar arrepentido de sus crímenes.
Según la ley española, De Juana tendría que haber salido en libertad el año pasado, al cumplirse los veinte años de su condena, aunque los jueces encontraron una buena excusa para mantenerlo en prisión: sus escritos en el diario Gara, órgano de difusión cercano a ETA, en que señalaba objetivos a matar y hacía abierta apología del terrorismo, escritos mientras estaba en prisión. Es por esta razón que De Juana está técnicamente en prisión preventiva, ya que la nueva causa penal en su contra aún no tiene un fallo judicial firme. De hecho, el próximo 12 de enero el Tribunal Superior de Justicia deberá decidir sobre su futuro de acuerdo con tres posibles alternativas: dejarlo en libertad, porque ya ha cumplido la pena y en vista de su lamentable estado de salud fruto de su prolongada huelga de hambre, confirmar la sentencia a doce años adicionales de cárcel por el delito de instigación al terrorismo que le ha sido dictada en instancias judiciales inferiores o aceptar la propuesta de la fiscalía de reducirle la pena a tres o cuatro años más de cárcel. El llamado “caso De Juana” se ha vuelto la piedra caliente entre el gobierno español, la derecha en la oposición, que pide que se cumpla la pena máxima, y el entorno de ETA, que lo quiere libre, al considerar que ya ha pagado con creces sus culpas.
La entrevista concedida a The Times tiene entonces una particular importancia: es la primera vez que De Juana, considerado parte de la rama más dura de ETA, se pronuncia abiertamente a favor del diálogo para acabar con la violencia, aunque insiste en que el problema debe solucionarse “entre el País Vasco y los Estados español y francés”, una perspectiva que rechaza la mayoría del arco político en Madrid y más aún el gobierno francés. Su soberbia al justificar sus acciones diciendo que no se siente arrepentido, ya que sería como pedirle al oprimido que se hiciera responsable de las acciones del represor –“¿se puede culpar a la violada por las acciones del violador?”, se pregunta– hacen menos digerible su propuesta al conjunto de la población, que lo ve como un emblema de la violencia etarra. De Juana es además el hombre que está detrás de las explosiones de violencia callejera que han arreciado en la madrugada del lunes en el País Vasco. Los grupos juveniles del entorno etarra lo ven como un héroe, un hombre que no se ha rendido y que aparece en un momento de desconcierto de la militancia, luego de los vaivenes del proceso de diálogo político interrumpido después del atentado del 30 de diciembre, como un aglutinador de voluntades que comenzaban a dispersarse.
La entrevista de The Times ha provocado un gran revuelo en España, ya que Instituciones Penitenciarias no autorizó a ningún medio a entrevistar a De Juana. Ayer se ha abierto una investigación para descubrir cómo hizo Thomas Catan para llevarla a acabo. La fotografía que acompaña la entrevista, en la que se ve a De Juana extremadamente flaco y alimentado por sondas, ha sido reconocida por las instituciones penitenciarias como “verdadera y muy reciente” y amenaza con transformarse en un nuevo icono de la izquierda radical vasca que ayer por la tarde ya la estaba utilizando en algunas manifestaciones callejeras.
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