Los temores de que los insurgentes iraquíes puedan estar usando o bien misiles mejorados o mejores tácticas crecieron después de que el quinto helicóptero fuera derribado por un misil antiaéreo al noroeste de Bagdad. El US Sea Knight fue derribado ayer, muriendo las siete personas a bordo. “El helicóptero estaba volando y pasó por encima nuestro, luego escuchamos los disparos de un misil”, dijo Mohammed al Janabi, un campesino que estaba hablando a menos de ochocientos metros de los restos del transportador de tropas bimotor CH-46.

“El helicóptero se convirtió en una bola de fuego. Voló dos veces en círculo, luego cayó.” Llamaradas y enormes nubes de humo negro se levantaron del lugar del siniestro, no lejos de la granja. Los helicópteros zumbaban por encima y las tropas estadounidenses corrieron para evitar que alguien llegara hasta el lugar, a 39 kilómetros al noroeste de la capital, cerca de la ciudad de Taji, en un área donde los insurgentes sunnitas siempre han sido fuertes. Las fuerzas estadounidenses en Irak dependen mucho de los helicópteros porque las patrullas a menudo son atacadas con bombas o a los lados de los caminos.

Se adjudicó la responsabilidad el Estado Islámico de Irak, un grupo de insurgentes que incluyen a Al Qaida en Irak, que han dicho que derribaron otros dos helicópteros recientemente. La declaración decía que el grupo pondría un video en Internet mostrando cómo se derribó el helicóptero. Un funcionario de Estados Unidos dijo que estaba en marcha una investigación. En el pasado, las fuerzas de Estados Unidos han preferido atribuir las pérdidas de aviones a accidentes, pero el domingo el ejército estadounidense reconoció por primera vez que cuatro helicópteros habían sido derribados. “Parece que las caídas de cuatro helicópteros fueron provocadas todas, de una u otra manera, por disparos de insurgentes”, había declarado el general William Caldwell, vocero del ejército de Estados Unidos en Irak.

Las pérdidas militares en Irak han sido notablemente constantes, según el Departamento de Defensa. En 2004 hubo 848 soldados estadounidenses muertos y 8002 heridos; en 2005, 846 muertos y 5946 heridos; en 2006, 821 muertos y 6372 heridos. Casi todas las bajas sucedieron luchando contra los insurgentes sunnitas. La retórica agresiva del presidente George Bush en su discurso del Estado de la Unión, sugiriendo que se iba a encargar también de las milicias chiítas, podría aumentar radicalmente las pérdidas de Estados Unidos.

Pero Muqtada al Sadr, el clérigo nacionalista chiíta líder del Ejército Mehdi, está determinado a evitar una confrontación militar con las fuerzas de Estados Unidos, implementando un nuevo plan de seguridad para retomar el control de Bagdad. Los oficiales sadristas dicen que ellos permitirían que el ejército de Estados Unidos estableciera su bastión de Sadr City, donde viven dos millones de personas, pero esto probablemente signifique que los milicianos entrarían a la clandestinidad. El muy publicitado “aumento” de los números de tropas de Estados Unidos y de Irak en Bagdad está resultando muy lento. El primer ministro iraquí, Nouri al Maliki, dijo: “Creo que nos hemos demorado mucho y esta demora empezó a darnos una imagen negativa”. No resulta claro si Estados Unidos y el gobierno iraquí tendrán suficientes tropas para registrar unos pocos barrios en Bagdad.

Mientras tanto, la sensación de anarquía en Bagdad también aumentó por la admisión del gobierno de que una de sus agencias de seguridad secuestró a Jalal Sharafi, un diplomático iraní. Irán acusó al Ministerio de Defensa, muy influenciado por Estados Unidos, de orquestar el secuestro utilizando una unidad de comando. Cuatro de los supuestos secuestradores fueron arrestados en el momento. La nueva política de Estados Unidos de detener a iraníes es humillante para el gobierno iraquí. Cuando las fuerzas estadounidenses atacaron una oficina iraní establecida hacía tiempo en la capital kurda de Arbil en enero, los funcionarios kurdos dijeron que lo primero que supieron sobre el asunto fue cuando ocho helicópteros de la base de Estados Unidos en Balad de pronto volaron sobre la ciudad.

Un juez italiano ordenó que un soldado estadounidense sea juzgado por el fatal asesinato de un agente de inteligencia italiano en el puesto de control de Bagdad. Mario Lozano ha sido acusado de asesinato e intento de asesinato por la muerte de Nicola Calipari, ocurrida el 4 de marzo de 2005, en su camino al aeropuerto de Bagdad, poco después de lograr la liberación de una periodista italiana que había sido secuestrada en la capital iraquí, dijo el fiscal, Pietro Saviotti.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.