EL MUNDO
› LULA PRESENTO UN PROGRAMA DE GOBIERNO SIN PROPUESTAS RADICALES
Llevando la moderación al extremo
El centroizquierdista Ciro Gomes avanza en el segundo lugar mientras el Partido de los Trabajadores modera sus planes.
El candidato que está primero en intención de votos para los comicios brasileños del 6 de octubre, Luiz Inácio Lula da Silva, por el Partido de los Trabajadores (PT) ayer presentó el programa de gobierno más moderado de la historia de su partido, reduciendo casi a cero sus propuestas más radicales del pasado: prometió que si gana gobernará con responsabilidad fiscal, respetará los pagos de la deuda externa, promoverá el crecimiento económico sostenido y un mayor fortalecimiento del Mercosur y solidaridad con su vecina Argentina. Entre sus planteos más osados figuran un ambicioso programa para garantizar la renta mínima y un “no” activo al ALCA bajo el proteccionismo norteamericano. Sorpresivamente Ciro Gomes pasó a ser su principal amenaza, según lo confirma la última encuesta que divulgó el instituto Vox Populi: Lula tiene el 35 por ciento de las preferencias, Ciro Gomes por el centroizquierdista Frente Laborista (27 por ciento), despegándose del oficialista José Serra (14 por ciento), que a su vez empata técnicamente con Anthony Matheus Garotinho (10 por ciento). Ciro declaró ayer que le demostrará al megainversor George Soros que “en Brasil quien decide ser presidente es el pueblo brasileño y no el mercado”.
El programa de acción de Lula, el candidato del histórico izquierdista PT que parece marchar seguro hacia el sillón presidencial pese a ser el temor de Washington y del mundo de las finanzas, era esperado con ansiedad por los mercados. Lula prometió una “transición sin atropellos” del “modelo neoliberal actual” a uno basado en el crecimiento sostenido. Anunció que “nuestro gobierno no va a romper contratos ni a revocar reglas establecidas. Los compromisos internacionales serán respetados”. El candidato petista, que en otras tres oportunidades se postuló a la presidencia (1989, 1994, 1998), había defendido la ruptura con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero esta vez evitó criticar a ese organismo. De hecho, no manejó alternativas al pago de la deuda y no discutió sobre las privatizaciones. En cambio, censuró al Ejecutivo actual por poner a Brasil en una “dificultad financiera” al contratar nuevos préstamos, como el de 15.000 millones de dólares recibido el año pasado del FMI. Según el programa de Lula, su gobierno “preservará el superávit fiscal cuanto sea necesario” para evitar que ocurra un aumento de la deuda pública en relación con el PBI. “La responsabilidad fiscal y la estabilidad de las cuentas públicas marcarán las políticas de nuestro gobierno. Un ambiente con sólidos fundamentos macroeconómicos y con inflación bajo control contribuirá para una caída gradual de los intereses, para la inversión productiva y el crecimiento económico.” Lula confía en que podrá conseguir una expansión económica del 7 por ciento anual, como la registrada a finales de los años 70; un crecimiento sostenido que ayude a generar más empleos, fundamental para romper el “círculo vicioso” formado por el déficit externo, los altos intereses, la inestabilidad cambiaria y el aumento de la deuda pública. En este sentido, Lula pondrá en marcha cinco reformas: tributaria, de la seguridad social, agraria, laboral y política.
En el campo internacional, es partidario del fortalecimiento del hoy estancado Mercosur, propondrá además un pacto regional de integración en Sudamérica e inmediatas “acciones de solidaridad con Argentina” para ayudar a ese país vecino a superar su crisis. Lula consideró que la unidad latinoamericana será fundamental en las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), y advirtió que Brasil “no podrá firmar” ese acuerdo continental si se mantiene el proteccionismo de los Estados Unidos.
En tanto, Gomes, última revelación de la encuesta de Vox Populi que lo coloca segundo favorito, ayer también se refirió a su programa de gobierno con el que propone una reforma económica sin injerencia de los organismos multilaterales, aunque afirmó que “la responsabilidad fiscal, que ahora se ha puesto tan de moda es mi biografía”. El ex ministro de Hacienda declaróque “esto no es una república bananera” y dijo que le demostrará al megainversor George Soros que “quien vota es el pueblo brasileño”.