EL MUNDO › FALTARON CUATRO VOTOS PARA QUE SE PUDIERA DEBATIR EN WASHINGTON
La Cámara alta no pudo imitar a la baja, que el viernes pasó una declaración no vinculante criticando la expansión de la guerra en Irak. Los republicanos lograron 34 votos en contra, suficientes para que no se pudiera debatir el tema.
El Senado de Estados Unidos bloqueó ayer, por segunda vez en menos de quince días, una moción no vinculante de condena a la decisión del presidente George W. Bush de enviar tropas adicionales a Irak. Un total de 56 legisladores –49 demócratas y siete republicanos– se pronunciaron a favor de someter la moción a debate y a su posterior votación, frente a 34 que se manifestaron en contra. Aunque hubo más votos positivos que negativos, los demócratas no alcanzaron los 60 votos necesarios, según las normas del Senado, para que procediera el debate. El 5 de febrero pasado el Senado bloqueó la moción por primera vez. En esa ocasión, la iniciativa presentada por los demócratas fue respaldada por 49 legisladores, incluidos algunos republicanos.
Las encuestas indican que la mayoría de los estadounidenses se opone al envío de 21.500 soldados a Irak, que se sumarán a los más de 140.000 que ya se encuentran en ese país. “Los estadounidenses se merecen saber si su senador apoya al presidente y su proyecto de fortalecer nuestro involucramiento en Irak, o si está con la aplastante mayoría de los estadounidenses opuestos a esa escalada. Seamos claros: cualquiera que vote (contra la apertura de un debate) vota a favor de darle luz verde al presidente para una escalada de la guerra”, afirmó el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, antes de la votación. Reid buscaba que el Senado se pronunciara sobre el mismo texto que aprobó el viernes la Cámara de Representantes por 246 votos frente a 182, con el apoyo de 17 miembros del Partido Republicano.
Tras la aprobación de esa medida en la Cámara baja, los demócratas aseguraron que la moción, aunque de carácter no vinculante, suponía un claro mensaje al mandatario estadounidense contra su estrategia en Irak y querían reforzarlo con una medida similar en la Cámara alta. “Las fallas de la administración nos han metido en un abismo en Irak. Sin embargo, el nuevo viejo plan del presidente, la escalada, más de lo mismo, no nos sacará más del abismo, sólo nos hundirá más en él”, aseguró Reid.
Pero el rechazo del Senado de ayer, en una inusual votación un día sábado, representó un duro golpe para la oposición demócrata, que constató cómo la mayoría que estrenó en enero (51 frente a 49 republicanos) es débil. Los líderes republicanos en el Senado alegan que no están dispuestos a debatir una moción que condene el aumento de tropas, a menos que los demócratas accedan a votar otra propuesta contra cualquier intento de recortar los fondos necesarios para ese aumento. La asignación o denegación de fondos es una de las competencias del Congreso y una de las armas que los demócratas podrían usar como condena a la nueva estrategia en Irak. “Un voto sobre el apoyo a las tropas que se calle sobre la cuestión de los fondos es un intento de nadar y guardar la ropa”, afirmó Mitch McConnell, líder de la minoría republicana en el Senado.
La Casa Blanca ha asegurado que, aunque se aprueben mociones de condena, seguirá adelante con el envío de nuevas tropas anunciado el 10 de enero pasado y advirtió a los demócratas contra cualquier posibilidad de recortar los fondos para la guerra. “El presidente cree que el Congreso debería permitir los fondos y la flexibilidad que nuestras fuerzas armadas requieren para el éxito en su misión de proteger nuestro país”, indicó la Casa Blanca en un comunicado tras la votación del viernes en la Cámara de Representantes.
Pese a todo, los demócratas no piensan reducir sus presiones. “Si creen que lo que piensan los representantes del pueblo, expresado en una aplastante mayoría, es insignificante o meramente simbólico, entonces nuestra democracia está en peligro”, declaró el viernes el jefe de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Steny Hoyer. “El presidente no puede vetar la decisión, la recomendación y la opinión del Congreso de Estados Unidos”, destacó. “Poco importa que los republicanos bloqueen el debate en el Senado”, afirmó por su parte el influyente demócrata Charles Schumer. “Aumentamos poco a poco la presión sobre el presidente y seguiremos haciéndolo.”
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