El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, rechazó ayer la renuncia del primer ministro, Romano Prodi, que ahora deberá obtener el voto de confianza del Parlamento. Prodi había dimitido el miércoles pasado tras perder una votación en el Senado por su política exterior, lo que desató una crisis política. Napolitano declaró que la votación parlamentaria tendrá que realizarse en breve y que la decisión de reconfirmar a Prodi y pedirle que se presente ante el Parlamento era la única opción posible.

“No existen las condiciones para una inmediata disolución de las cámaras, la única alternativa concreta resultó la de enviar el Ejecutivo a las cámaras”, declaró Napolitano tras dos días de reuniones con todas las fuerzas políticas presentes en el Parlamento y el consejo de los tres ex presidentes de la República. El jefe de Estado justificó su decisión por tratarse de una situación de “extrema complejidad”, y afirmó que perder una votación en el Senado no obliga institucionalmente a la dimisión de un gobierno. El presidente indicó además que algunos componentes de la coalición conservadora Casa de las Libertades (CDL), que dirige el jefe de Forza Italia, Silvio Berlusconi, apoyaron esta solución.

Prodi, en tanto, se declaró satisfecho con la resolución de la crisis. “Hoy me siento más aliviado”, afirmó tras una reunión con el presidente de la Cámara de Diputados, Fausto Bertinotti. Ante una pregunta sobre si cuenta con los votos para lograr la confianza en el Senado, Prodi respondió que “esto lo veremos, la democracia se expresa en las sedes apropiadas y veremos cómo irá en el Senado y en la Cámara de Diputados”.

Il Professore, que asumió el cargo hace nueve meses, renunció el miércoles después de que el Poder Ejecutivo no consiguiera la aprobación del Senado para su política exterior, fundamentalmente con respecto al mantenimiento de unos 1900 soldados italianos en Afganistán y la ampliación de una base norteamericana en la norteña Vicenza. Dos senadores comunistas de la coalición oficialista se abstuvieron, causando así la reprobación del Senado al gobierno.

Según el ex jefe del Estado Francesco Cossiga, el gobierno fue derrotado en el Senado no sólo por los votos de los senadores comunistas sino porque la Unión Demócrata de Centro (UDC) se abstuvo en la votación. Pero ahora anunciaron que apoyarán al premier. “Votar con Oliviero Diliberto (de Refundación Comunista) no me crea más problemas que haber votado con Roberto Calderoli (de la derechista Liga del Norte); además no hago de ‘muleta’ porque no tengo militancia en ese sector”, indicó el senador Marco Follini, ex líder de UDC. Para salir de la crisis, el premier logró imponer un pacto de 12 puntos a su coalición de centroizquierda, compuesta por unos diez partidos. “Tenemos que defender a este gobierno, defender la estabilidad política de este país, defender al gobierno que inició un proceso de cambio y defender también la credibilidad de la izquierda italiana”, dijo el vicepremier y canciller Massimo D’Alema.

Por su parte, el ex premier Silvio Berlusconi afirmó que la agonía del centroizquierda continuará y se declaró escéptico en que “esta izquierda pueda encontrar jamás la concordia para operar bien en las reformas que el país necesita”. El jefe de Forza Italia declaró además que la coalición de Prodi no se adecua a ser fuerza de gobierno. “En cambio, el centroderecha demostró trabajar bien y duramente en cinco años de gobierno”, indicó.

Hoy mismo el Senado establecerá el calendario para el voto de confianza y la votación final será en la Cámara de Diputados. “Todo podrá terminar entre el jueves por la tarde y el viernes por la mañana”, aseguró Bertinotti, líder de Refundación Comunista.