EL MUNDO
› UNA PROTESTA JUDICIAL SIN PRECEDENTES
Cómo juzgar a Berlusconi
Por Philip Willan
Desde Roma
Cientos de magistrados italianos, preocupados ante lo que ven como un intento del gobierno de Silvio Berlusconi de limitar su independencia, protagonizaron una protesta pública sin precedentes durante el fin de semana para que coincidiera con la apertura oficial del año judicial en las 26 cortes de apelaciones del país. Las habitualmente solemnes ceremonias fueron interrumpidas por gritos y silbidos por parte de jueces, abogados y miembros del público. En muchas ciudades, los magistrados boicotearon la ocasión, dejando las togas de su atuendo en sillas vacías, o dejando el recinto cuando los delegados del gobierno empezaban a hablar.
La protesta más fuerte fue en Milán, donde Francesco Saverio Borrelli, el fiscal principal de apelaciones de la Corte, usó su discurso de despedida por retiro para estigmatizar las reformas propuestas por Berlusconi como un intento de castigar a los jueces por su independencia. Llamó a los ciudadanos a “resistir, resistir, resistir”, y criticó la decisión del gobierno de reducir la protección policial para algunos magistrados de alto perfil. “Por casualidad, por pura casualidad, son los que representan el caso de la Fiscalía contra el gobierno”, dijo Borrelli, responsable de supervisar la histórica batida judicial contra la corrupción en Milán hace una década. y que debe retirarse este año. Claudio Scajola, el ministro del Interior, respondió diciendo que pondría pleito a Borrelli por difamación. Scajola describió al fiscal como “el líder de una minoría tan pequeña como dividida”, afirmando que los comentarios de Borrelli sobre la reorganización del servicio de guardaespaldas para los jueces eran falsos.
La potencia de los sentimientos evidenciados por los miembros disidentes del Poder Judicial sorprendió a la mayoría de los observadores. Fue el broche de oro para una mala semana de Berlusconi, durante la cual un importante juez de Milán falló que el juicio al primer ministro por la supuesta corrupción de un magistrado de Roma debía seguir adelante de acuerdo a lo previsto, pese a un intento del ministro de Justicia para transferir a uno de los jueces titulares a otro tribunal. Si Berlusconi fuera hallado culpable de corromper a jueces, Italia podría enfrentar una crisis política potencialmente desastrosa, así como graves consecuencias en su relación con el resto de la Unión Europea.