EL MUNDO › SE CALIENTA EL DEBATE POR EL PARTIDO UNICO EN VENEZUELA
El líder venezolano perdió la paciencia y lanzó un ultimátum, conminando a sus socios políticos a unirse a su proyecto de partido único. Le respondieron que no se pueden unir a algo que todavía no existe, pero reivindicaron su pertenencia al chavismo.
› Por María Laura Carpineta
Hugo Chávez se cansó de sus amigos. Después de dos meses de debates y negociaciones para crear el partido único, el presidente decidió tomar las riendas del asunto y dar un ultimátum a sus aliados más reticentes. “Si quieren irse, que se vayan a hacer oposición, pero háganlo con la frente en alto”, sentenció un Chávez muy enojado durante su programa dominical Aló Presidente. El mandatario fue muy directo y mencionó con nombre y apellido a los dirigentes más destacados de las tres formaciones aliadas que se resisten a disolverse: Podemos, Patria para Todos (PPT) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV).
Los aliados de Chávez no tardaron en responder. “Que yo sepa los revolucionarios no les damos ultimátum a los revolucionarios. Los amigos no hacen eso”, aseguró Rafael Uzcátegui, secretario nacional de organización PPT, en diálogo telefónico con este diario. Los tres partidos señalados por Chávez tienen una importancia electoral mucho menor que el Movimiento V República que dirige el mismo mandatario. En las elecciones pasadas, contribuyeron con unos 1,7 millón de votos, de los 4,8 millones que obtuvo el chavismo. Además, le permiten al gobierno mantener una Asamblea Nacional totalmente leal. Los comunistas tienen seis diputados y ocupan una vicepresidencia del Parlamento, Podemos tiene 18 legisladores y tres gobernaciones –Aragua, Sucre y Yaracuy–, y el PPT tiene nueve diputados y dos gobernaciones –Guárico y Amazonas–. Los aliados de Chávez temen que, si se disuelven dentro de un gran partido único, siendo ya muy minoritarios, pierdan su fuerza para negociar cargos y, en el caso de PPT y de Podemos, de recibir una mayor ayuda del gobierno central. Públicamente, sin embargo, aseguran que no pueden disolverse cuando todavía no se diseñó el programa político y el funcionamiento institucional del futuro partido único. “La opinión del presidente es importante, pero seguimos hablando de algo hipotético”, destacó Uzcátegui.
El proyecto del Partido Socialista Unido de Venezuela (PUSV) fue uno de los puntos centrales de la última campaña electoral. Sin embargo, una vez en el poder, Chávez decidió priorizar el proceso de reformas institucionales, económicas y sociales, convocando a una Asamblea Constituyente y pidiéndole a la Asamblea Nacional que le otorgue superpoderes para legislar durante un año y medio. La discusión sobre el partido único quedó pospuesta y relegada a su ministro de Información y Comunicación, William Lara, y a otros funcionarios de menor nivel. Pero las reformas ya están encaminadas: los consorcios petroleros accedieron a negociar la venta de la mayoría de las acciones al Estado, otras empresas estratégicas de electricidad y telecomunicaciones ya fueron nacionalizadas, y el gobierno ya empezó a preparar el proyecto de reforma constitucional.
Con las reformas en marcha y una oposición que no logra recuperar el protagonismo que supo ganarse durante la última elección presidencial, Chávez tiene la cancha libre para presionar ahora a sus aliados. El discurso del mandatario del domingo pasado no fue solamente un tirón de orejas. Chávez los acusó de no compartir su modelo socialista y de ser parte de la oposición.
La reacción de estos partidos osciló entre la indignación y la ambivalencia. “No verán nunca al Partido Comunista en la oposición”, sentenció ayer el secretario general, Oscar Figuera. Pero luego aclaró: “En el momento en que haya definiciones claras del carácter del partido único, el PCV estará en condiciones de tomar una decisión definitiva”.
Por su parte, líder del PTT, José Albornoz, recordó el apoyo que su partido le dio a Chávez en tiempos más difíciles. “Hemos tenido un comportamiento revolucionario en los momentos difíciles del país, para nadie es un secreto en este país nuestro papel jugado el 11 de abril –el golpe de Estado de 2002–.”
Sin embargo, ninguno levantó el guante que había tirado el presidente el día anterior. La dirigencia comunista habló de las posibilidades de sumarse al proyecto del mandatario y Uzcátegui, del PTT, aseguró que están esperando que el gobierno afine su propuesta.
Mientras estos partidos se esforzaron por sacar a relucir sus credenciales chavistas, Podemos optó por el silencio. La cúpula partidaria había programado una conferencia de prensa pero a último momento la canceló, sin dar más explicaciones, y los principales dirigentes de todo el país siguen reunidos en Caracas. Entre ellos se encuentra el hombre que para todos los analistas venezolanos es el responsable de haber detonado la ira del presidente. Didalco Bolívar es el gobernador de Aragua y uno de los primeros hombres de Podemos que cuestionó el proyecto del partido único. El viernes pasado, el gobernador aprovechó un acto público para acusar al gobierno federal de promover un referendo revocatorio en su contra por su renuencia a sumarse a esta iniciativa.
Chávez se enfrenta a su primer obstáculo desde que asumió su segundo mandato a principios de año. Le será difícil estigmatizar a sus hasta ahora aliados como enemigos de su proyecto socialista, cuando ellos mismos no paran de jurarle fidelidad. Al mismo tiempo, la impaciencia que demostró el presidente el domingo parece indicar que los esfuerzos del gobierno para convencer a sus aliados han fracasado o, por lo menos, se han estancado.
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