Comenzó el ciclo lectivo en Chile y con él la incógnita acerca de qué movidas están preparando los estudiantes secundarios para este año. Es difícil olvidar los disturbios del año pasado: diariamente llegaban imágenes de los “pingüinos”, como les llaman por sus uniformes azules y blancos, tomando colegios o realizando marchas que eran reprimidas por los carabineros. Este año promete ser parecido, a pesar de los esfuerzos del gobierno de Michelle Bachelet por satisfacer las demandas estudiantiles. “Va a ser un año movido”, afirmó a Página/12 María Huerta, vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES). La primera muestra de ello fue el bloqueo de la entrada principal al Ministerio de Educación que efectuó un grupo de alumnos el jueves pasado y la convocatoria a una protesta para el 29 de marzo.

La llamada “revolución pingüina” se convirtió en una de las principales dificultades que enfrentó Bachelet durante su primer año de gobierno. Todo comenzó en abril de 2006, cuando los estudiantes secundarios se plantaron en sus colegios en demanda de mejoras en la educación. Los reclamos se dividieron en las llamadas agendas corta y larga: la primera agrupaba cuestiones de solución inmediata, como las raciones alimenticias, de pase escolar y el otorgamiento de becas para la prueba universitaria; la segunda consideraba las reformas a largo plazo, como la equidad en educación y en particular la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), promulgada por Augusto Pinochet sólo días antes de dejar el poder. Para junio, el país ya estaba patas arriba. El gobierno tuvo que ceder, creando un Consejo Asesor Presidencial que debería debatir el estado de la educación.

En cuanto a la agenda corta se han mostrado grandes avances. Este año, el gobierno aumentó el número de raciones alimenticias, se mejoró la infraestructura de 530 colegios y se compró mobiliario nuevo. Además se extendió el uso del pase escolar a 24 horas los siete días de la semana y se entregaron 155 mil becas para rendir la prueba universitaria. En cuanto a la agenda larga, el próximo 30 de marzo se presentará un proyecto al Congreso para la reforma de la LOCE y la creación de una Superintendencia de Educación. Bachelet aseguró que este año será el año de la reforma educativa. “Este es el año de la reforma de la calidad de la educación y quiero ser muy clara: no se trata de algunos arreglos a los márgenes o de colocarle una capita de maquillaje a la educación”, señaló la presidenta.

Pero los pingüinos no se conforman, sino que van por más. Saben que ya captaron la atención del país y que son un actor relevante de la sociedad chilena. Los estudiantes tomaron como tema prioritario en su agenda el nuevo sistema de transportes chileno, llamado Transantiago y que ha provocado grandes trastornos en el país. Transantiago reformó por completo los recorridos de los antiguos colectivos, diseñando un sistema basado en el uso de servicios alimentadores y troncales junto con el Metro de Santiago. Pero trajo más problemas de los que solucionó. “La gente tiene que caminar mucho, hay pocos micros y hay quienes no tienen para pagar la tarjeta de tarifa integrada que creó el gobierno”, indicó en diálogo telefónico la dirigente Huerta. “El Transantiago es una problemática social, que nos incluye. Todas las personas tienen que apropiarse del tema”, agregó.