Se acabó la edad de la inocencia. Desde que Evo Morales asumió la presidencia habló de que la corrupción se acabó en el Estado boliviano y que, por venir de los movimientos sociales, su tienda política no iba a caer en los mismos vicios que los que gobernaron antes. Pero el Movimiento Al Socialismo se vio obligado ayer a expulsar a tres militantes y pedirles a dos de sus parlamentarios que pidieran licencia ante el Congreso para defenderse de haber vendido cargos en la administración pública. Los dirigentes Zenón Cochi Nina, Ubaldo Nina Huanca y José Santos Ramírez Flores ya no podrán ser parte del partido de Morales. Este último tiene además que enfrentar un proceso ante la Justicia ordinaria. Ramírez Flores, homónimo del ex presidente de la Cámara de Senadores, se hacía pasar como su hermano y cobraba coimas para acceder a cargos públicos que oscilaban entre 300 y mil dólares americanos.

La medida también afecta al senador Lino Villca y a la diputada Nemesia Achacollo, que deberán renunciar a su inmunidad parlamentaria y enfrentar procesos legales por la sospecha de que también vendieron avales. Según el Tribunal Disciplinario del MAS, Cochi Nina fue expulsado definitivamente por valerse de su cargo en la dirección nacional partidaria para otorgar avales y designar en cargos públicos a gente de otros partidos. El partido también decidió denunciar ante la fiscalía de La Paz a Félix Ballesteros, Javier Agapito Pinto y Alejandro Gutiérrez, que no pertenecen al MAS pero traficaron con avales y abrieron una cuenta donde los funcionarios públicos que ellos beneficiaron depositaban parte de su sueldo.

Otro centenar de dirigentes y autoridades partidarias están bajo sospecha de tráfico de influencias y cobro de coimas. Una es la senadora suplente Leonilda Zurita, líder de mujeres campesinas y la mujer más influyente del partido. El escándalo de cobro de “seguros de empleo” y de parte de los sueldos de la administración pública también involucra a líderes campesinos del interior, que llegaron a cobrar la mitad del sueldo de sus nombrados.

Desde el inicio de su gestión, Morales tuvo que lidiar con pugnas por cargos dentro de su partido e incluso ya echó a dos importantes dirigentes de la provincia de Santa Cruz. Este escándalo ya amenaza con ensuciar al mismo Evo. La oposición lo acusa de tener a dos primos, Benito Ayma Rojas y Salustiano Ayma Morales, como funcionarios del Ministerio de Educación. Santos Ramírez niega cualquier parentesco, pero otro alto dirigente masista, Gustavo Torrico, reconoce el vínculo, aunque asegura que no es nepotismo, porque no trabajan directamente en la presidencia.