EL MUNDO
Los Intocables vuelven a golpear contra Wall Street
La brigada especial anticrimen empresario del Departamento de Justicia arrestó espectacularmente ayer en Wall Street a los ex jefes principales de la quebrada empresa WorldCom.
Por David Teather
Desde Nueva York
Funcionarios de Estados Unidos continuaron ayer sus operaciones contra los fraudes empresarios con el arresto de dos ex ejecutivos de WorldCom por el papel que habrían jugado en el fraude contable de 3.850 millones de dólares que arrojó a la compañía a la bancarrota. El FBI detuvo bajo custodia a Scott Sullivan, ex jefe de Finanzas de WorldCom, y David Myers, que se desempeñó como su principal ejecutivo de control, a las 7 de la mañana en Nueva York. En lo que se está volviendo una escena usual, los dos, vestidos en trajes oscuros, fueron posteriormente trasladados, esposados y flanqueados por agentes del FBI, ante las cámaras de televisión.
Los arrestos siguen a investigaciones del rol de los ejecutivos en el fraude contable que WorldCom admitió en junio. Sullivan y Myers fueron acusados de fraude bursátil, conspiración y cinco cargos de enviar falsa información a la Comisión de Valores estadounidense. El secretario de Justicia John Ashcroft dijo que el gobierno estaba ganando la batalla contra el fraude empresario. “Con cada arresto, acusación y procesamiento enviamos este mensaje claro, inequívoco. Los ejecutivos corruptos no son mejores que los ladrones comunes cuando traicionan a sus empleados y roban a sus inversores –dijo–. Los ejecutivos que trampean a sus inversores, roban ahorros y despilfarran fondos de pensión van a encontrarse con el juicio que temen y el castigo que merecen”.
La denuncia judicial dice que Sullivan ordenó a Myers esconder 3.850 millones de dólares de costos operativos dispersándolos en la cuenta de gastos de capital de la compañía. Los dos afrontan un máximo de 65 años de prisión cada uno y multas por seis millones de dólares. La fianza de Sullivan fue establecida ayer en 10 millones de dólares. La revelación de un agujero negro en las cuentas de WorldCom forzó a lo que fuera una firma de telecomunicaciones de alto vuelo a la bancarrota más grande de la historia. Sullivan, que se embolsó 45 millones de dólares durante su período en WorldCom, fue despedido, y Myers renunció después del anuncio. Larry Thompson, número 2 de Ashcroft, dijo que ambos habían “violado sistemáticamente las reglas de la contabilidad y mentido descaradamente a los inversores”. La investigación continúa.
La Casa Blanca está ansiosa por hacer ejemplos de los ejecutivos que están detrás de la plétora de fraudes financieros. Cinco hombres de la quebrada empresa de televisión por cable Adelphia Communications fueron arrestados el mes pasado. Sam Waksal, ex jefe de la empresa farmacéutica ImClone, fue arrestado por negociados con información privilegiada y el anterior jefe de Tyco, Denis Kozlowki, está procesado por evasión fiscal. Los escándalos en Wall Street han comenzado a hacer mella en la popularidad del presidente Bush cuyo rating de aprobación cayó debajo del 70 por ciento por primera vez desde el 11 de septiembre. La administración Bush está tratando de reafirmar su control antes de las elecciones legislativas en noviembre y a comienzos de esta semana el presidente firmó un proyecto de ley de reforma empresaria, prometiendo “no más dinero fácil, sólo tiempos difíciles” para los criminales de cuello blanco. El proyecto de ley incluye un agudo aumento en el máximo de tiempo en prisión de 20 años para los empresarios fraudulentos. Los inversores se preguntaban ayer cuándo se harían los primeros arrestos en el asunto Enron, que fue la primera empresa en caer.
Sullivan, de 40 años, era un ex contador de KPMG y se unió a WorldCom como jefe de finanzas en 1994. Junto con el ex ejecutivo en jefe Bernie Ebbers, fue una figura de alto perfil en la construcción de WorldCom a través de una serie de adquisiciones agresivas incluyendo la compra de MCI por 33.000 millones de dólares. WorldCom entró en bancarrota después de dejar de pagarle 79 millones de dólares a sus accionistas. Ebbers también está bajo investigación, pero todavía no ha sido acusado. Dejó la empresaen abril, debiéndole más de 400 millones en préstamos que usó para comprar acciones de WorldCom.
De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
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