EL MUNDO › ASI SE PRIVO DE 124 MIL MILLONES ADICIONALES EN GASTO DE DEFENSA
El mandatario republicano rechazó la norma que le presentaron los demócratas sobre financiamiento militar y calendario de repliegue de Irak. Justamente un 1° de Mayo, pero de hace cuatro años, Bush daba un discurso triunfal y decía que la misión estaba cumplida.
George Bush no tuvo opción y ayer vetó la ley de financiamiento militar que incluía un cronograma de retirada de las tropas estadounidenses desplegadas en Irak. A pesar de los intentos del presidente por negociar, los líderes demócratas de las dos Cámaras se negaron a ceder y entregaron a la tarde la ley firmada en la Casa Blanca. “Este proyecto honra el sacrificio de nuestros hombres y mujeres en uniforme y los deseos del pueblo estadounidense de poner fin a la guerra de Irak”, aseguró la presidenta de la Cámara de Representantes, la opositora Nancy Pelosi. Horas más tarde, Bush se dirigió a la nación y defendió su decisión. “El éxito en Irak es crítico para la seguridad de la gente libre de todo el mundo”, sostuvo el presidente.
La aprobación del cronograma de retirada para las fuerzas en Irak se había convertido en un objetivo irrenunciable para la oposición demócrata. De cara a las elecciones presidenciales del año próximo, los recién electos legisladores buscaban mantener y reforzar el capital político que habían conseguido en los últimos comicios parlamentarios. El mensaje en estas elecciones había sido claro: la mayoría de los estadounidenses ya no apoya la guerra indefinida en Irak. Por eso, Pelosi en la Cámara baja y Harry Reid en el Senado trabajaron durante meses para convencer a toda su bancada y alguno que otro republicano para aprobar un cronograma de retirada de Irak. Pero ésta no es una prerrogativa del Congreso, por lo que debían incluirla en alguna ley, aunque fuera por medio de una cláusula no vinculante. A sabiendas de que la Casa Blanca vetaría su iniciativa, los demócratas eligieron una ley importante para Bush. La norma autoriza fondos militares extras de 124 mil millones de dólares, principalmente para las guerras en Irak y Afganistán.
Ayer por la tarde, Pelosi y Reid le pidieron por última vez al presidente que apoye la ley. “Un veto supone negar a nuestros militares los recursos y la estrategia que necesitan”, aseguró el líder de la mayoría en el Senado. En ese momento, Bush estaba saludando a los soldados de la base aeronáutica MacDill en Tampa, Florida. “A nuestros enemigos, los enemigos de la libertad, les gusta el caos. El caos les servirá de santuario. Una retirada animará a estos radicales y estos extremistas. Les confirmará que nuestras naciones son débiles. Los ayudará a encontrar nuevos reclutas, nuevos recursos, les hará creer que pueden golpear a los países libres a su antojo”, señaló. Poco después volvía a la Casa Blanca para hacer oficial su veto. Mientras tanto, afuera, un grupo de manifestantes gritaba: “Detengan la guerra ahora, ¿cuántos tienen que morir?”.
Los líderes demócratas hicieron coincidir la presentación de la ley y el consiguiente veto presidencial con el aniversario del discurso triunfal que dio Bush a pocos meses de la invasión de 2003. En aquella oportunidad el mandatario estadounidense aprovechó una ceremonia planeada hasta el último detalle, a bordo del portaaviones USS Abraham Lincoln y rodeado de militares sonrientes, para anunciarle al mundo que los combates habían terminado. “La batalla de Irak es una victoria en la guerra contra el terrorismo que comenzó el 11 de septiembre de 2001”, afirmaba bajo un enorme cartel que rezaba “Misión cumplida”.
Ante la lluvia de críticas, Bush decidió mostrarse más conciliador que en sus anteriores discursos. Primero recordó que hoy tiene programada una reunión con los líderes demócratas y republicanos del Congreso para intentar destrabar la situación. Además, aseguró que entendió que existe un malestar entre la oposición por el manejo de la guerra. “Pero ahora es el momento de dejarlo atrás y de apoyar a nuestras tropas con los fondos que necesitan”, afirmó desde la Casa Blanca.
Pero es poco probable que de la reunión de hoy salga algún acuerdo. Los principales líderes demócratas se mostraron ayer tajantes en este tema. “Estamos a una firma de terminar con esta guerra”, aseguró el senador y precandidato presidencial Barack Obama. “Hay que evitar otro trágico error”, agregó. Su rival en las primarias, la senadora Hillary Clinton, también aprovechó para atacar al presidente. “El país está listo para un presidente que respete a nuestras fuerzas armadas al planear adecuadamente las misiones que se les encomendarán. Estados Unidos está listo para terminar esta guerra, y cuando sea presidenta será exactamente lo que haré”, sostuvo la ex primera dama.
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