Lun 05.08.2002

EL MUNDO  › HABLA CARLOS ANDRES PEREZ, EX PRESIDENTE

“Habrá un nuevo golpe, y también habrá sangre”

La descomposición del gobierno de Carlos Andrés Pérez en Venezuela posibilitó el ascenso del militar rebelde Hugo Chávez Frías. Ahora, los problemas del gobierno de Hugo Chávez Frías posibilitan el retorno a la palestra de Carlos Andrés Pérez. Esto es lo que tiene que decir sobre una situación cada vez más tensa.

Por Miguel Angel Ordóñez
Desde Santo Domingo

La salida de Hugo Chávez de la presidencia venezolana es cuestión de tiempo. De muy poco, según Carlos Andrés Pérez, a quien Chávez ha llegado a considerar “autor intelectual” de la intentona golpista del pasado abril. Pérez, que gobernó Venezuela en dos ocasiones (1974-1979 y 1989-1993), mantiene que un nuevo golpe “está ahora mismo en preparación”. Como salida pacífica, este socialdemócrata de 79 años que vive ahora entre República Dominicana y EE.UU., sólo ve factible que la Organización de Estados Americanos aplique la Carta Democrática y obligue a celebrar elecciones.
–Varios gestos apuntan a cierta distensión en Venezuela: EE.UU. está más moderado frente a Chávez y la Internacional Socialista para América latina, a la que usted pertenece, se reunió recientemente en Caracas. ¿Se tiende a la normalización?
–Me dolió mucho esta reunión, aunque no tuvo ninguna significación. Cuando creamos el comité latinoamericano de la IS, era una organización mejor estructurada, más cuidadosa. Hoy adelanta juicios con mucha ligereza. Chávez no tiene en el mundo ningún respaldo, salvo Saddam Hussein, Fidel Castro y Khadafi. Es una amenaza regional, pretende difundir su indigestión ideológica a otros países. Con su demencia quiere estructurar la Gran Colombia y apoya a la guerrilla colombiana y los indígenas del Ecuador para crear un frente insurreccional. En Venezuela la situación es sumamente grave. El de Chávez es un gobierno derrocado, caído, pero, sin embargo, se mantiene por un equilibrio inexplicable, que es producto de la pugna entre los distintos grupos políticos y sectores del país. Hay muchas cuestiones personales y hasta estas diferencias hacen un gobierno sin respaldo, que ya no tiene el apoyo del pueblo; sólo lo apoya la chusma. Sin embargo, se mantiene. Ahora, desde luego, la situación es sumamente precaria y él no se atreve a actuar como actuaba hace poco, porque sabe que no tiene quien lo respalde.
–¿No cree en su propósito de enmienda?
–Chávez es un cobarde y hace promesas en momentos de dificultad pero luego vuelve a las andadas. Los venezolanos le han dado oportunidades para negociar una salida correcta y él las ha descartado todas. No tengo ninguna ilusión en una salida negociada.
–¿Sigue pensando en un final violento?
–No soy partidario de la acción violenta, pero estoy convencido de que solamente por la violencia saldrá Chávez. Eso es lo que está ahora mismo en preparación. Desgraciadamente, va a haber un golpe y va a haber sangre. No es que lo queramos ni que estemos propiciándolo, sino que la situación ha llegado a tal extremo que no va a tener otra salida sino la presencia de los militares en el poder. Es triste que lo diga alguien que luchó tanto por alejar a los militares del poder, algo que ya considerábamos un logro definitivo. Sinceramente, estoy convencido de que en Venezuela no va a haber en una primera etapa sino una salida militar.
–Después de la experiencia de abril, ¿tiene esperanzas de que triunfe ahora un golpe?
–Yo no diría que una esperanza, porque eso implica cierto apego de uno a esa posibilidad. Lo que veo es que todo se sigue deteriorando de una manera dramática, que la situación económica es aún peor que la política, porque no hay dirección económica, el dinero del petróleo ha desaparecido, el gobierno no tiene con qué atender ni a los gastos ordinarios y ahora tratan de colocar bonos en el exterior, pero es tal el desprestigio que no hay quien los compre. Este gobierno ejerce un latrocinio feroz. No es que haya un robo aquí y un robo allá, disimulado. Es una cosa generalizada, el dinero del Tesoro se reparte entre los jerarcas del régimen. Lo que pasó en abril fue un disparate sin sentido, tan absurdo que ni siquiera el jefe del Ejército ocupó el ministerio de Defensa, ni cambiaron las Fuerzas Armadas de Miraflores.
–Chávez lo considera “autor intelectual” de ese golpe.
–Todo lo que pasa en Venezuela Chávez me lo adjudica a mí, porque él tiene siempre la imagen del hombre que le impidió el golpe del 4 de febrero (de 1992). Pese a que lo derroté, no quiere aparecer como que ganó unas elecciones, sino que quiere aparecer como si hubiera ganado el golpe. Es curioso. Declaró fiesta nacional el 4 de febrero. Salió derrotado, pero, por la traición de Caldera a la democracia, que dice que unos militares que trataron de derrocar al gobierno no cometieron delito, Chávez sale libre y sube al poder.
–También ayudaron los partidos.
–Sí, cuando se haga un análisis serio de lo que pasó habrá que poner el punto de partida en su autodestrucción. Los grandes partidos que construyeron la democracia, Acción Democrática y Copei, se clientelizaron y se corrompieron. Esto trajo como consecuencia la pérdida de confianza en los partidos, la frustración del pueblo que votó por Chávez.
–¿Admite responsabilidad?
–La tenemos todos nosotros, pero, desde luego, yo estaba en mi segundo gobierno rectificando gran parte de los errores que habíamos cometido en el pasado y todos los venezolanos sensatos decían que ese gobierno mío iba a llevar a un nuevo país. Entonces vino la interrupción. Estaba haciendo reformas de fondo, en la estructura económica y en la vida política.
–Pero incluso ahora Chávez asegura que hay una causa pendiente por supuesta corrupción que le impide regresar a Venezuela.
–Esa causa no existe. No tengo temor de eso y no me mantiene nada de eso fuera de Venezuela. A mí me inventarán cualquier cosa cuando me aparezca en Venezuela y por eso debo ir cuando haya una razón importante para que esté en Venezuela, que creo que será más pronto que tarde. Chávez es el dueño de todos los poderes y en Venezuela se dice erróneamente que hay una democracia, porque la definición que teníamos de democracia, hasta que salió Fujimori, era todo régimen que surgía de unas elecciones. Ahora entendemos que el gobierno no solamente debe surgir de unas elecciones populares, sino que debe gobernar democráticamente. Es lo que dice la Carta de la OEA que se aprobó hace meses en el Perú. Si se quisiera resolver de manera pacífica la situación de Venezuela, se podría hacer, por cierto, lo propuso Colin Powell: que se aplicase a Venezuela la Carta Democrática, y entonces necesariamente tendría que haber nuevas elecciones para elegir un gobierno democrático. Pero esto es una farsa, que la OEA no cumpla ni con los propios compromisos que ha adquirido.
–Los golpistas de 1992 contra usted también argumentaron que la crisis le restaba legitimidad.
–No, no, lo mío fue una confabulación. Se unieron los eternos resentidos por el proceso democrático que iniciamos en 1945, a la cabeza de los cuales estaba Arturo Uslar Pietri, se unieron los viejos rezagados de la guerrilla comunista, a estos grupos de Chávez y los grupos más disímiles, para sacarme del gobierno y acabar con la democracia. Eso es el nacimiento de toda esta tragedia venezolana.
–Los jueces lo sacaron poco antes de finalizar su mandato.
–Cinco meses antes de concluir, cuando ya había candidatos electorales. Pero, ¿qué pasó con el juicio que me hicieron? Lo inician por peculado y terminan diciendo que no hubo peculado y, un timbre de orgullo, me acusan por el apoyo que di a los movimientos democráticos de Centroamérica. No pudieron demostrar nada después de dos años investigando por el mundo y se fueron a lo que hice en Centroamérica, que, de acuerdo con los gobiernos de Francia, EE.UU., etc., con Daniel Ortega y Violeta Chamorro, envié una comisión policial cuando ganó Chamorro, para su custodia y crear un sistema de guardia presidencial. Eso lo usan como malversación de fondos y esa es la condena contra mí.
–¿Qué pasará en Venezuela cuando Chávez deje el poder?
–Lo grave es que no solamente ha logrado la destrucción de las instituciones, sino que ha creado un odio que no existía. La sociedadvenezolana vivía en una gran armonía, con los problemas de la democracia y la pobreza, pero en armonía. Chávez ha provocado el odio entre las clases y este va a ser el problema más grave cuando salgamos de Chávez.
–¿Hay líderes alternativos?
–Desde luego que los hay y vendrán. Esto es una secuencia histórica: cada vez que se presentan estas grandes crisis en los pueblos, no se hunden, sino que aparecen nuevos líderes. En Venezuela se acabaron los partidos; son cascarones vacíos. Cuando salga Chávez hay que rehacer los partidos, corrigiendo los errores que se hicieron en el pasado y dotándolos de nuevos liderazgo. Ninguno de nosotros debe aspirar a liderar esos partidos, sino buscar nuevos líderes que renueven la vida política venezolana.

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