Ante un abarrotado Congreso, Michelle Bachelet hizo un mea culpa por los problemas que ha traído el Transantiago, llamó a la oposición a terminar con las críticas destructivas y, de paso, le tiró las orejas a la Concertación, en un claro guiño a los parlamentarios díscolos que han rechazado proyectos emblemáticos de La Moneda. Así, en su discurso por los doce meses de gobierno y al cumplirse un aniversario más de la muerte del héroe nacional Arturo Prats y que en este país se recuerda con un feriado legal, la mandataria socialista dejó en casa la empatía que la caracteriza y fue al choque... Las medidas económicas, sociales y de educación sacaron aplausos y una que otra mueca de molestia. Aquí los pormenores de una larga jornada que no estuvo exenta de protestas.

En poco más de una hora 45 minutos, la presidenta de Chile repasó lo que ha sido su gobierno en estos meses y adelantó algunas claves de lo que vendrá. Incluido Transantiago. En un principio, y como se esperaba, Bachelet reconoció nuevamente los errores cometidos en la implementación del polémico y fallido plan de transportes de la capital y, aunque los anuncios en esta materia dejaron a muchos con gusto a poco, lo cierto es que la inquilina principal de La Moneda fue clara: “Estoy aquí para hacerme cargo de los problemas y plantear soluciones. Uno de ellos es la situación del transporte público en Santiago. Ha sido esta reforma una experiencia mala y frustrante para una enorme mayoría de los santiaguinos, especialmente para los sectores más pobres”. En este sentido, dijo que se enviaron dos proyectos de ley al Parlamento. Uno crea una autoridad metropolitana del transporte y el otro establece un administrador provincial o interventor cuando caduca la concesión de un operador por incumplimiento grave.

Con el tema del Transantiago puesto en su real dimensión, la mandataria continuó e hizo uno de los anuncios más aplaudidos: la rebaja de la regla del superávit fiscal estructural del 1 por ciento del PBI. Lo que en palabras simples significa ahorrar dinero para “las vacas flacas”. “Reduciremos la meta del superávit fiscal a 0,5 por ciento del PBI a partir del presupuesto del año 2008. Que todos quienes me escuchen lo tengan claro, que seguirá el buen manejo de las platas públicas, sin embargo, en las condiciones que estamos, tenemos que hacer un mayor esfuerzo en nuestro país”. Aplauso cerrado. Bachelet recalcó que Chile tendrá este año el presupuesto más expansivo de su historia, con una inversión social que creció más de un 11 por ciento y un compromiso potente con la infraestructura, especialmente en regiones.

En Chile otra de las patas cojas es sin duda la educación. Todavía está en la retina la marcha de los pingüinos (estudiantes secundarios) y los problemas de financiamiento para los estudiantes de menos recursos. Atento a eso, la presidenta reconoció “que la educación que reciben nuestros hijos no es todo lo buena que debiera ser”. En esta línea, dijo que desde el próximo año habrá 650 millones de dólares adicionales para la educación escolar. Esto es, 5000 millones de dólares como total para el financiamiento del sistema.

Otro de los puntos conflictivos para Bachelet en este período ha sido lidiar con los deudores habitacionales, que se las han ingeniado para protestar en cuanta ceremonia oficial aparezca. De hecho, en medio del discurso manifestantes hicieron sentir su molestia. Para ellos fue el anuncio sobre soluciones para 92 mil familias deudoras hipotecarias. “Desde aquí al 2010 completaremos las cuatro transformaciones que planteé en este mismo podio un año atrás: en educación, pensión, emprendimiento e innovación, y vivienda y más calidad de vida en las ciudades”.

Sin embargo, la parte de su discurso que más aplausos sacó fue la interpelación que hiciera tanto a la derecha como a la Concertación. “La oposición puede y debe ejercer su tarea, pero sin perjudicar la marcha del país”. Pero sus filas tampoco se la llevaron gratis: “La Concertación tiene un compromiso de lealtad con los ciudadanos que no podemos defraudar. Llamo a mi coalición a no perder de vista este compromiso, que se expresa en la conducción del gobierno, en nuestro programa y en nuestras prioridades”. Los coletazos y reacciones a la presentación de la doctora seguirán levantando polvo a este lado de la cordillera. Habrá que ver cómo la Concertación enmienda el rumbo y a aprovecha la generosidad de la billetera de Hacienda (que seguirá abultada mientras el cobre siga por las nubes) y cómo el propio gobierno capitaliza y revierte la debacle en las encuestas.