El juez chileno Sergio Muñoz condenó ayer a prisión a 10 ex militares —incluidos cuatro ex generales del alto mando– y dos agentes civiles, por el asesinato del líder sindical Tucapel Jiménez bajo la dictadura del general Augusto Pinochet. Las mayores penas recayeron sobre el mayor en retiro Carlos Herrera Jiménez, condenado a prisión perpetua, y el general retirado Ramsés Alvarez, que deberá cumplir 10 años de cárcel. Tucapel Jiménez, líder de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, fue secuestrado por una patrulla de la DINE (Dirección de Inteligencia del Ejército), según se estableció en el proceso, y su cadáver apareció en las afueras de Santiago, degollado y con cinco impactos de bala, el 25 de febrero de 1982. El nombre de Pinochet apareció varias veces durante el proceso y aunque no fue involucrado en el crimen, el hijo del sindicalista, Tucapel Jiménez Fuentes (en la foto, frente al retrato de su padre), lo acusó directamente de haber ordenado el complot contra su padre. “Tengo la convicción personal de que él dio la orden”, señaló Jiménez Fuentes, pero admitió que “es muy difícil comprobar” su responsabilidad, luego que la Corte Suprema lo liberó por demencia.