Sáb 16.06.2007

EL MUNDO

Cambio de figuritas laboristas en Israel después del voto partidario

Tras su abultada derrota en las elecciones partidarias, Amir Peretz presentó su renuncia como ministro de Defensa al premier Olmert. Su puesto será ocupado por el nuevo líder laborista, el multicondecorado militar Ehud Barak, que vuelve al ruedo.

El ministro saliente de Defensa, Amir Peretz, presentó ayer su dimisión, que entrará en vigor en 48 horas, informaron fuentes de la Oficina del Primer Ministro. “Debido a que Ehud Olmert parte mañana hacia Estados Unidos y que no estará presente en la reunión semanal del Consejo de Ministros el domingo, el gabinete mediante consultas telefónicas aprobó ayer de forma unánime el nombramiento de Ehud Barak como ministro de Defensa”, afirmó la portavoz del primer ministro, Miri Eisin.

El ex primer ministro y flamante líder laborista tiene previsto jurar su cargo el próximo lunes en el Parlamento (Kneset), después de recibir la aprobación formal de la cámara legislativa. Los medios locales informaban ayer que en una nueva reestructuración del gobierno, Olmert había decidido que Peretz permaneciera en él, pero sin cartera. Barak, de 65 años, es el militar más condecorado en la historia militar de Israel y fue primer ministro y titular de la cartera de Defensa entre 1999 y 2001.

El martes fue elegido nuevo líder laborista en la segunda vuelta de unas elecciones primarias en las que venció a otro ex militar, el almirante retirado Ami Ayalán. El nuevo titular de Defensa también sucede a Peretz en la jefatura del Partido Laborista. Por su parte, Peretz había anunciado que renunciaría a su puesto en el gabinete después de las internas laboristas en las que fue ampliamente derrotado. La entrada de Barak en el Ministerio de Defensa supone un impulso a la estabilidad del gobierno de Olmert, desacreditado por sus fallos en la guerra del Líbano de 2006.

Israel afronta en estos momentos dos posibles focos de inestabilidad: el primero de ellos en Gaza y el otro los Altos del Golán, ocupados a Siria en 1967. En su discurso de investidura, Barak aseguró que dedicará todos sus esfuerzos a afianzar la seguridad de Israel. La semana próxima Olmert también dará a conocer el nombre del nuevo ministro de Finanzas, que reemplazará a Shimon Peres, nuevo presidente de Israel.

El Servicio de Prisiones de Israel (SPI) informó ayer que ha separado a los presos palestinos que tiene bajo su custodia y los ha reubicado en celdas y sectores según su afiliación política, a fin de impedir posibles enfrentamientos entre ellos, a raíz del conflicto entre ambos movimientos en Cisjordania y Gaza. En las prisiones israelíes de Ketziot y de Ofer hay unos 1700 presos que se declaran vinculados a Al Fatah y unos 1300 a Hamas. En los centros de detención, el SPI ha reforzado la vigilancia sobre ambos grupos con mayor número de hombres, para evitar cualquier lucha interna o motín.

Por otra parte, Israel sigue muy de cerca la crisis palestina a la espera de que Al Fatah y Hamas consoliden sus posiciones en Cisjordania y Gaza, antes de decidir los pasos a seguir y conocer la posición de Estados Unidos, su principal aliado. En su agenda de trabajo en Estados Unidos, el primer ministro israelí analizará con el dirigente estadounidense la situación apremiante en los territorios palestinos, que eclipsan en estos momentos otros asuntos, como el estallido de una posible guerra con Siria y la amenaza nuclear iraní.

Las fuentes gubernamentales israelíes refieren que mientras los principales pasos fronterizos con la Franja de Gaza no caigan en manos de Hamas, Israel no tendrá que decidir si tiene que mantener contactos con el grupo islámico para garantizar el flujo de la ayuda humanitaria y de productos básicos a la Franja. Según el Ministerio de Defensa, “Israel proveerá de ayuda a la población civil palestina si la crisis humanitaria recrudece”.

El portavoz de Hamas en la Franja de Gaza, Fawzi Barhum, dijo al diario Haaretz que su grupo está interesado en mantener contactos con la parte israelí para garantizar “las necesidades de la población civil”, aunque de facto no reconozca al Estado judío. El otro frente que estudia Israel desde hace meses y que en los últimos días ha llevado a miembros del gobierno a abogar por el despliegue de una fuerza internacional es la frontera sur de Gaza. Funcionarios del gobierno han criticado El Cairo, por el contrabando de armas desde el territorio egipcio a la franja.

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