Desde Ciudad de México

A un año del cuestionado proceso electoral mexicano del que salió victorioso por escaso margen el panista Felipe Calderón, el secretario de Relaciones Políticas del “Gobierno Legítimo” de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), José Agustín Ortiz Pinchetti, habló con Página/12 y calificó de “fiasco” la actual gestión presidencial. Aseguró que “no creen, ni desean, ni trabajan” para tumbar al Ejecutivo panista. “Estamos construyendo un centroizquierda con matices liberales más que una izquierda radical confrontatoria con los Estados Unidos”, explicó

–¿Qué evaluación hace de estos primeros siete meses del gobierno de Felipe Calderón?

–Creemos que es un fiasco. Esta opinión se podría esperar de cualquier opositor y más de uno radical como somos nosotros, que ni siquiera lo reconocemos, pero, objetivamente, si nos atenemos a los principales ejes resulta evidente que está fallando de manera grave. En lo que atiene a la gobernabilidad, su intento por detener el narcotráfico es un fracaso total, hay en este período más de 1250 muertos y lo peor es que la mayoría de ellos no han sido esclarecidos. En lo social la inconformidad está creciendo, la ley del Issste (un ajuste en el régimen de pensiones y jubilaciones de los trabajadores estatales) es muy abusiva y está generando una gran efervescencia. Hay más expresiones, como es el caso de Oaxaca, que se pensaba que estaba acabado y ahora está resurgiendo. En el plano económico, no se ha creado ningún empleo, el pronóstico de crecimiento es muy bajo para este semestre, la producción de petróleo está cayendo y los salarios están en baja. Es un panorama oscuro.

–¿Considera que Calderón está firme en su mandato o puede caer?

–No creemos, ni deseamos, ni trabajamos para que caiga. Después del movimiento que se inició con el fraude del año pasado y la resistencia civil que encabezó Andrés Manuel, hoy nosotros estamos construyendo una nueva fuerza política, la Convención Nacional Democrática (CND), que será un polo de centroizquierda donde quepan el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y otros.

–¿Pero eso no es en cierta medida ya el Frente Amplio Progresista (FAP) donde confluyen el PRD, el Partido del Trabajo y Convergencia? ¿Por qué la CND necesita superarlo?

–Sí, efectivamente eso es el FAP. Pero la CND no es sólo un partido ya que incluye a cientos de miles de personas que se han adherido al gobierno legítimo bajo esta propuesta, que tiene como principal objetivo la modernización de la economía para volver a crecer y empezar a repartir.

–¿Y qué perfil ideológico tiene?

–Si me preguntan si es una izquierda marxista leninista, la respuesta es no. Es una postura más bien reformista, moderada y cercana a la socialdemocracia. Somos un centroizquierda con matices liberales más que una izquierda radical confrontatoria con los Estados Unidos. Aunque, por supuesto, López Obrador está en contra de los efectos negativos del imperialismo y del neoliberalismo, pero no se trata de una política antinorteamericana.

–¿Hay tensiones entre el PRD y la CND?

–Si las hay es entre los compañeros y no está provocada por Andrés Manuel o su organización, sino por grupos del partido que están defendiendo posiciones burocráticas y que temen que hagamos un partido propio, cosa que no ocurrirá. La nueva dirigencia del PRD, que se vota en poco tiempo, debe estar construyendo junto a nosotros; la división sería suicida.

–¿Se necesita un nuevo Pacto Social en México?

–Sí, y ese pacto debe ir junto a la convicción de que la democracia es el único método. Por eso es que se necesitan para el desarrollo político del país dos polos, uno de centroderecha y uno de centroizquierda. El pacto sería justamente acordar en qué coincide la izquierda y la derecha y sobre eso hacer una gran reforma del Estado. Para resolver las diferencias es que existen las elecciones.