Lun 02.07.2007

EL MUNDO  › PADECE LA FUGA DE MANO DE OBRA

Polonia, sin peones

› Por Cristina Galindo *
desde Varsovia

Jerzy Zdrzalka, consejero delegado de J. W. Construction, no lo tiene nada claro. ‘Todos los presos de las cárceles de Polonia no bastarían para construir las carreteras y estadios que se necesitan para la Eurocopa de fútbol de 2012’, asegura tajante en el despacho de su empresa en Varsovia. Desde su entrada en la UE, en mayo de 2004, entre 800.000 y 1,5 millón de trabajadores polacos han emigrado a otros países comunitarios en busca de mejores salarios. Esta fuga laboral ha dejado sin mano de obra a compañías locales como la de Zdrzalka, que acaba de traerse a 200 peones de Tayikistán y Uzbekistán y ya planea irse a China para fichar a más empleados.

“Encontrar especialistas para la obra, desde pintores hasta fontaneros, es difícil y, si lo consigues, más difícil es luego retenerlos”, se lamenta el ejecutivo, que en los últimos meses ha visto cómo más de un empleado se ha ido a trabajar al Reino Unido. No es de extrañar que algunos piensen en recurrir a las cárceles para cubrir la escasez de trabajadores. El número dos del Servicio de Prisiones de Polonia, Pawel Nasilowski, explicó la semana pasada que las autoridades estudian movilizar a 20.000 presidiarios para construir las infraestructuras necesarias para el mencionado evento deportivo, que Polonia organizará con Ucrania.

A algún malpensado la iniciativa le puede recordar los campos de trabajo forzosos del régimen comunista, pero nada más lejos de la intención del responsable del proyecto. Según Nasilowski, “el objetivo es la rehabilitación de los presos”. La participación en el programa sería voluntaria, a cambio de beneficios penitenciarios. “Con los tayikos y los uzbecos, la adaptación está siendo difícil; y no creo que sea muy fácil con los presos. Además, ¿quién los vigilará?”, se pregunta el ejecutivo de la constructora.

Los problemas en el mercado laboral polaco, donde hay un 11,2 por ciento de desempleo (en España es un 8,2%), se han agravado durante los últimos dos años, y se repiten en todo el este de Europa. Según el Ministerio de Trabajo polaco, 800.000 trabajadores se han ido a otros países de la Unión. Según patronal y sindicatos, el número llega al 1,5 millón. Mientras cientos de miles de polacos emigraban a Reino Unido (700.000), Irlanda (150.000) o España (60.000), miles de empleados han llegado a Polonia, donde la llegada de fondos comunitarios ha multiplicado la inversión.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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