José Luis Rodríguez Zapatero salió fortalecido de su enfrentamiento con el líder de la oposición, Mariano Rajoy, en el Congreso. Los dos dirigentes midieron fuerzas el martes pasado en el llamado debate del estado de la nación que se realiza todos los años y en el que todos los partidos con representación legislativa pueden dar su opinión sobre la dirección elegida por el gobierno nacional de turno. Como ya lo habían adelantado los propios dirigentes del Partido Popular (PP), las encuestas difundidas ayer favorecieron al jefe del gobierno español y fortalecieron al Partido Socialista (PSOE) de cara a las elecciones generales del año próximo.

La victoria del oficialismo ya se palpaba dentro del Parlamento ayer cuando todo el espectro político aisló al PP y rechazó la principal propuesta de resolución que había presentado Rajoy esta semana. El líder de la derecha española le había pedido al Parlamento que le demandara al gobierno que hiciera públicas todas las actas de las conversaciones que había mantenido con la organización terrorista ETA, hasta la ruptura del proceso de paz el mes pasado. En su conclusión, Zapatero no le dedicó ni una línea a rechazar esta propuesta, aunque volvió a cuestionar la falta de apoyo del PP en los esfuerzos por terminar con el terrorismo. “No se usa el terrorismo en la lucha política y que hay que apoyar al gobierno en la lucha contra el terrorismo”, señaló. Por fuera del Parlamento, sin embargo, el secretario general del PSOE, Eduardo Zaplana, atacó directamente a Rajoy. “Fue un poco imprudente, un poco osado y hasta un poco temerario”, sostuvo el dirigente.

Sus propios compañeros del PP cuestionaron su estrategia. Según el diario español El País, varios dirigentes cercanos a Rajoy coincidieron en que el presidente del PP se enfocó demasiado en la cuestión terrorista y no presentó otras propuestas que había preparado el partido, que apelaban más a los partidos minoritarios de centro, como iniciativas contra la violencia de género, la inmigración, la cultura y medidas económicas para mejorar la competitividad del país. Incluso el diario El Mundo –cercano al PP y su derrotada teoría de la conspiración sobre el 11-M– cuestionó al dirigente. “El tono duro de Rajoy –sin duda premeditado para hacer arengar sus filas en el arranque de la precampaña– lo llevó a desperdiciar la oportunidad de convencer a otros”, aseguró en su editorial de ayer.

A diferencia de Rajoy, Zapatero prefirió no extenderse sobre las amenazas del terrorismo y se centró en aspectos sociales. Su estrategia la cumplió. Su propuesta para aumentar la asignación familiar por nacimiento a 3400 dólares fue una de las que más repercusión tuvo en los medios españoles –y del mundo– y, según los analistas, será un elemento a favor del gobierno en el próximo escenario electoral.

Las elecciones municipales de finales de mayo habían dejado un gusto amargo entre las filas socialistas. Aunque el oficialismo logró a través de alianzas con partidos locales mantener la mayoría de las alcaldías del país, el PP se quedó con el crucial gobierno de Madrid y obtuvo un pequeño margen a favor en el resultado total. Después del debate en el Parlamento, las cosas parecen haber cambiado un poco. Según una encuesta realizada por la radio española Ser, si las elecciones generales fueran ahora el PSOE se impondría con el 45 por ciento –dos puntos porcentuales más que en la última medición, hace 15 días– y el PP quedaría atrás con el 38,5 por ciento de los votos –disminuyendo un punto y medio–. Además, la aprobación del gobierno de Zapatero subió cuatro puntos y alcanzó una popularidad del 55 por ciento. Para un 44 por ciento de los españoles, el líder socialista ganó el debate mientras el 32,1% dio ventaja al líder de los populares.

Ayer con el cierre del debate sobre el estado de la nación quedó delineado un escenario poco favorable para el PP. De las 33 resoluciones que salieron aprobadas –después de unas 80 votaciones–, la gran mayoría fueron producto de alianzas entre el PSOE y partidos minoritarios como Convergencia i Unió, la coalición Izquierda Verde y el partido Nacionalista Vasco entre otros.