Días antes de los comicios en Turquía, el gobierno anunció que perseguirá a los guerrilleros del PKK hasta el otro lado de la frontera. Ankara recela de la influencia kurda en Irak.
› Por Patrick Cockburn *
desde la montañas de Qandil, norte de Irak
Escondidos en las altas montañas y profundos desfiladeros de una de las fortalezas naturales más grandes del mundo, hay bandas de guerrilleros cuya presencia podría provocar una invasión turca en el norte de Irak y la próxima guerra en Medio Oriente. En las semanas anteriores a las elecciones turcas del domingo, Turquía amenazó con cruzar la frontera hacia Irak en búsqueda de los guerrilleros del movimiento Turco Kurdo PKK, y su vástago Iraní Kurdo, Pejak. El ministro de Exterior iraquí, Hoshyar Zebari, advierte que hay 140.000 tropas turcas justo al norte de la frontera.
“Hasta hace poco no tomábamos la amenaza turca tan en serio, sino que pensábamos que era parte de la campaña electoral”, dice Safeen Sezayee. Un líder iraquí kurdo experto en Turquía y vocero del Partido Democrático de Kurdistán de Massoud Barzani, el presidente del Gobierno Regional de Kurdistán (GRK), Dezayee, ahora considera que una invasión es bastante posible. Los kurdos iraquíes se están poniendo nerviosos. El sonido de tambores de amenazas de los políticos y generales turcos es más persistente que antes. “El gobierno y los partidos de la oposición están compitiendo para demostrar fervor nacionalista”, dice Dezayee. El sentimiento anti PKK es mayor que nunca en Turquía.
Más amenazador aún, Turquía está horrorizada de que los kurdos sean personajes clave en la política iraquí y estén desarrollando un estado kurdo semiindependiente en el norte de Irak. Después de las elecciones, a Ankara le puede resultar imposible dar marcha atrás en la belicosa retórica de las recientes semanas y enviará a sus tropas a cruzar la frontera, incluso si la incursión es sólo en escala limitada. Si el ejército turco invade, no le resultará fácil encontrar a los guerrilleros de PKK. Su cuartel general está en las montañas Qandil, que están en la frontera iraní pero convenientemente cerca de Turquía. Es un área extraordinariamente bien adaptada para la guerra de guerrillas, donde hasta a los ejércitos de Saddam Hussein les resultaba imposible penetrar.
Pejak lanza esporádicos ataques al Kurdistán iraní. El PKK planea emboscadas y pone bombas en Turquía y escaló sus ataques este año, matando a por lo menos 67 soldados y perdiendo a 118 de sus propios combatientes, según las autoridades turcas. Pero estas refriegas limitadas podrían tener un impacto explosivo en el futuro de Irak y Turquía. Los ataques brindan una excusa para la acción turca contra un creciente estado independiente kurdo iraquí. “Ellos, los turcos, quieren una excusa para revertir lo que se ha logrado en el Kurdistán iraquí”, dice Dezayee. Se va a llevar a cabo un referendo en el norte de Irak hacia el final de 2007 bajo el cual la ciudad petrolera de Kirkuk puede votar para unirse al Gobierno Regional de Kurdistán. El incentivo para una invasión militar turca está creciendo día a día.
“Todo depende del resultado de las elecciones turcas”, dice Mahmoud Othman, un veterano político iraquí kurdo. Si el primer ministro kurdo, Recep Tayyip Erdogan gana por una mayoría de dos tercios en las elecciones, entonces la presión para invadir puede desaparecer. Pero si cree que perdió votos porque sus credenciales anti PKK y nacionalista turco no eran suficientemente fuertes, entonces puede querer hacerlos brillar ordenando una incursión a través de la frontera.
El poco armado PKK, conociendo cada centímetro del terreno montañoso de Qandil y de otros escondites, podrá evadir a las tropas turcas. Las invasiones previas, por tanto, como 40.000 tropas turcas en la década de 1990, no hicieron nada por suprimirlo. Pero la preocupación de los kurdos iraquíes es que no los del PKK sino ellos son el blanco verdadero del ejército turco. Cuatro factores se combinan para crear las condiciones para una invasión: la dinámica de la política turca con todos los partidos flameando la bandera, el creciente número de ataques del PKK en Turquía, el creciente poder de los kurdos iraquíes y el próximo referendo sobre Kirkuk.
Luego de hacer tantas amenazas antes de las elecciones, a Turquía le puede resultar difícil dar marcha atrás después sin parecer débil.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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