Vie 20.07.2007

EL MUNDO  › MAS DE 50 INMIGRANTES DESAPARECIDOS EN EL MAR

Tragedia en Islas Canarias

› Por Oscar Guisoni

Desde Madrid

Una dramática situación se vivió durante toda la jornada de ayer en el océano Atlántico, en proximidad de las Islas Canarias, cuando un barco de rescate de la marina española intentó salvar a un centenar de inmigrantes clandestinos que trataban de llegar a tierra europea desde las costas del noroeste de Africa. Eran las dos de la madrugada del jueves y las duras condiciones climáticas del mar, sumadas al nerviosismo de los inmigrantes al ser descubiertos, hicieron que, en el momento en el que el buque se aprestaba a evacuarlos del rudimentario cayuco utilizado para el cruce, una ola gigante golpeara la embarcación y arrojara a todos sus tripulantes al mar. Comenzó entonces un gigantesco operativo de rescate, que incluyó aeroplanos, helicópteros, varios buques y hasta un portaaviones francés que se hallaba en la zona y acudió al pedido de ayuda de las autoridades españolas. Se calcula que en el cayuco viajaban entre 100 y 105 personas, 48 de las cuales fueron rescatadas en la operación, mientras se desconoce aún la suerte del resto de los tripulantes. Los responsables de las labores de rescate reconocían ayer a última hora que las esperanzas de encontrar con vida al medio centenar de personas desaparecidas eran muy escasas.

Como cada verano, los intentos dramáticos de la población africana por alcanzar el dorado europeo termina en tragedia, mientras crece la preocupación de los países de la llamada “frontera sur”, España, Grecia e Italia, que son los que más padecen el fenómeno. España había logrado subsanar el problema que se le presentaba habitualmente en Ceuta y Melilla, sus dos antiguas colonias en el norte de Africa, a golpe de hacer crecer las alambradas fronterizas pero ahora ha visto cómo los traficantes de inmigrantes han ido buscando una nueva ruta frente a las costas de Canarias por la que intentan colar a como dé lugar a sus cargamentos de desesperados.

La tragedia comenzó cuando a últimas horas de la tarde del miércoles un avión de patrullaje de la operación especial de verano divisó la precaria embarcación con los inmigrantes a bordo. Las malas condiciones climáticas, con olas marinas por encima de los cuatro metros de altura, hicieron imposible a los barcos de rescate españoles acercarse hasta el cayuco hasta las primeras horas de la madrugada de ayer. Pero el nerviosismo de los inmigrantes transformó lo que podría haber sido una tranquila operación de rescate en un naufragio. El gobierno reconoció que desconoce el sexo, la edad y la identidad de los aproximadamente cincuenta inmigrantes desaparecidos, mientras anunciaba que por la tarde el buque “Luz del mar” había llegado al puerto de Tenerife con 36 de los 48 subsaharianos rescatados. La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, aclaró ayer que los doce sobrevivientes restantes se encuentran todavía a bordo del buque “Conde de Gondomar”, que permanece en la zona del desastre participando en las labores de rescate. El hundimiento del cayuco ocurrió a 89 millas náuticas, unos 164 kilómetros, al suroeste de Punta de la Rasca, en Tenerife, confirmando una vez más que las islas se han transformado en el punto de llegada favorito de los inmigrantes a medida que se ha ido haciendo más eficiente la vigilancia en el estrecho de Gibraltar y sobre el otrora tradicional paso del Mediterráneo.

El gobierno español ya ha advertido a la Unión Europea de los riesgos que implica esta nueva ruta mucho más insegura por las características del océano en esa zona. Su punto de partida es el Sahara Occidental, un país en el que sus autoridades se han declarado impotentes a la hora de controlar las mafias que trafican con inmigrantes procedentes de todo el norte africano. El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está haciendo lo posible por cooperar con el empobrecido país africano, que ni siquiera cuenta con lanchas de patrullaje costero adecuado, aunque la nueva frontera marítima es tan extensa que las autoridades españolas reconocen las enormes dificultades que implica vigilar el paso hacia las Islas Canarias. En lo que va del verano son ya varios centenares los inmigrantes que han logrado llegar a territorio europeo utilizando ese arriesgado paso y nada hace prever que el flujo vaya a decaer durante los próximos dos meses. Las autoridades migratorias están convencidas de que ni siquiera una tragedia como la ocurrida ayer servirá para disuadir a los desesperados inmigrantes.

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