Los habitantes de La Paz cumplieron ayer con el refrán “la unión hace la fuerza” y, en un multitudinario cabildo, demostraron que no aceptarán que la ciudad deje de ser la sede del gobierno de Bolivia. La concentración popular, celebrada en el barrio La Ceja de El Alto, ciudad aledaña a La Paz, rebasó incluso las expectativas de la policía departamental, que reconoció que el cabildo logró congregar a más de un millón de personas frente a los dos millones de los que hablaron los organizadores.

Se trató de la mayor cantidad de personas vista en Bolivia en una protesta, coincidieron los medios locales y las autoridades. El comandante de la policía paceña, coronel Manuel Saavedra, elogió la conducta de los ciudadanos, que se desplazaron “en absoluto orden” hasta El Alto desde los más diversos rincones de la región. Aunque desde muy temprano hubo transporte gratis para todos aquellos que quisieron participar en el cabildo, muchos tuvieron que recorrer a pie los últimos dos kilómetros de la autopista que une La Paz con El Alto, ya que los vehículos no podían avanzar entre la multitud.

María Quisbert, una de los cientos de voluntarios paceños encargados de la coordinación del cabildo, dijo que la concentración de ayer fue “histórica” y que sirvió para dejar claro que la gente “está unida” en la defensa de La Paz como sede del gobierno en detrimento de Sucre, la capital constitucional. El llamamiento a la “unidad” de todos los bolivianos fue la tónica de los discursos pronunciados por varios dirigentes regionales, municipales, vecinales, obreros y campesinos.

Claudio Alvarez, de la Central Obrera Regional de El Alto, subrayó que la propuesta del traslado de los poderes Ejecutivo y Legislativo desde La Paz a Sucre proviene de la “derecha” boliviana, que pretende así “confrontar” a los ciudadanos y fracturar al país.

Por su parte, el presidente de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto, Nazario Ramírez, fue más allá y enfatizó que la movilización de ayer era “contra los partidos neoliberales, la oligarquía económica y la política”. Los representantes del departamento sureño de Chuquisaca en la Asamblea Constituyente abrieron el conflicto al plantear en el foro que Sucre, que también es la capital del distrito, debe volver a albergar los poderes Ejecutivo y Legislativo, como lo hizo hasta 1899.

Ambos poderes pasaron ese año a La Paz como resultado de una guerra civil en el país, pero el Poder Judicial se quedó en Sucre.

La propuesta de Chuquisaca es apoyada por las regiones de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, todas ellas dirigidas por opositores al gobierno del presidente Evo Morales. La resolución principal del cabildo aprobó exigir a la Constituyente “eliminar de manera definitiva” de sus debates el asunto del cambio de la sede de gobierno de La Paz a Sucre. Si el tema no está cerrado antes del próximo 6 de agosto, día del aniversario patrio y del primer año de funcionamiento de la Asamblea, los habitantes de La Paz amenazaron con llevar a cabo “un paro departamental indefinido y una movilización general”.

El gobierno ha manifestado en varias ocasiones su rechazo a que el asunto de la capitalidad sea tratado en la Constituyente e incluso el propio presidente Morales se ha inclinado a favor de La Paz, al afirmar que esa región debe seguir siendo símbolo de la “unidad” del país. Pese a todo, ningún miembro del Ejecutivo participó ayer en el cabildo, donde además del clamor en defensa de La Paz se escucharon propuestas curiosas como la del dirigente de los comerciantes minoristas del departamento, Braulio Rocha, quien pidió que el Poder Judicial salga de Sucre y se instale en El Alto.