La huelga de 24 horas convocada ayer en Bolivia por entidades cívicas de seis de los nueve departamentos (provincias) del país fue parcial, con focos de violencia en Santa Cruz y Cochabamba en un balance preliminar, aunque los promotores aseguraron su contundencia y el gobierno destacó que las actividades fueron normales. Hasta lo que se conocía anoche, según cifras del gobierno nacional, el acatamiento fue del 60 por ciento en la capital de Santa Cruz y entre el 30 y el 40 por ciento en el interior de ese departamento. En Cochabamba fue de sólo el 30 por ciento.

La huelga, bajo el lema de defensa de la democracia, la libertad y el Estado de derecho, buscaba apoyar el retorno a Sucre de los tres poderes del Estado, frenar el juicio político a cuatro magistrados del Tribunal Constitucional y exigir la ratificación de los dos tercios de voto para aprobar el nuevo texto constitucional en la Asamblea Constituyente, cuya entrega oficial se ha pospuesto ahora hasta el 14 de diciembre.

El gobierno se adelantó a señalar que el paro era político y que estaba manipulado por intereses de grupos minoritarios que no están de acuerdo con los cambios que se proponen las autoridades especialmente en asuntos sensibles como tierra y territorio. El presidente Evo Morales recordó el lunes en La Paz la advertencia que hizo uno de sus ministros sobre la existencia de un movimiento contrarrevolucionario en el país y –advirtió en un discurso en la Cancillería– que asumirá medidas radicales contra aquellos representantes diplomáticos que presuntamente están financiando protestas de la oposición. “Eso no es cooperación, es conspiración”, dijo. El ministro del Interior, Alfredo Rada, afirmó que “este es un paro signado por la violencia que fue acatado parcialmente”. Los jóvenes de la derechista Unión Juvenil Cruceñista se enfrentaron a comerciantes de los mercados y a grupos afines al Movimiento Al Socialismo, el partido de Morales, que intentaban romper la huelga y cumplir con sus actividades. El saldo fue de dos personas heridas y otras dos detenidas. En Cochabamba también se dieron enfrentamientos entre quienes bloqueaban los puentes de acceso al centro de la ciudad y líderes populares que trataban de mantener expedito el paso. La Policía, acuartelada en todo el país desde el lunes, dispersó a los grupos de uno y otro lado con gases lacrimógenos.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.