El presidente colombiano Alvaro Uribe anunció ayer que las FARC entregarán este sábado los cadáveres de los once ex diputados provinciales muertos en cautiverio en junio pasado. Hace varios días que estaba dando vueltas ese rumor en Bogotá. Sin embargo, el mandatario no quiso detallar si recibió la confirmación de parte de la guerrilla o de la Cruz Roja, la organización humanitaria que actúa como mediadora en el proceso y que hasta el momento ha optado por el silencio absoluto. El anuncio de Uribe coincide además con la víspera de la segunda reunión que mantendrá con su par venezolano, Hugo Chávez, el nuevo actor invitado por Bogotá para facilitar las negociaciones con la principal guerrilla colombiana. Según medios venezolanos y colombianos, Chávez estaría trayendo una propuesta de las FARC para destrabar la liberación de los 45 secuestrados canjeables.

El anuncio de Uribe reavivó las esperanzas de los familiares de los fallecidos rehenes, que hasta ayer no querían hacerse demasiadas expectativas con lo que sólo parecía ser otro rumor. Fabiola Perdomo, viuda de uno de los diputados asesinados y vocera del resto de los familiares de las víctimas, se mostró esperanzada. “Si lo dice el presidente, es cierto”, señaló la mujer, quien, no obstante, no disimuló su malestar por enterarse de la noticia a través de los medios. Hace unas semanas, las FARC habían acordado que entregarían los cuerpos a una delegación de la Cruz Roja y que les avisarían a ellos, y sólo a ellos, del día y el lugar en el que sucedería. Ayer, la organización humanitaria se mostró sorprendida por las declaraciones de Uribe. “No podemos confirmar nada de lo dicho por el presidente Uribe, ni en cuanto al lugar ni la fecha de la entrega de los cadáveres”, sostuvo Yves Heller, miembro de la delegación en Colombia.

Uribe incluso dio detalles y aseguró que la entrega de los cadáveres sería tarde y en alguna parte de la localidad de Corino, en el departamento de Cauca, en el sudoeste del país. Según el acuerdo al que habrían llegado las FARC, la Cruz Roja y el gobierno de Uribe, los guerrilleros entregarían los cuerpos a la delegación de la organización humanitaria, que sería el garante de que terminaran en manos de una comisión forense internacional, compuesta, entre otros, por médicos de los llamados países amigos (Francia, Suiza y España).

El resultado de la autopsia será determinante, tanto para la imagen pública del gobierno como para la de la guerrilla. El primero sostiene que los once ex diputados provinciales, secuestrados hace cinco años cuando sesionaban en el Parlamento regional del departamento del Valle, fueron ejecutados por sus propios captores. El segundo, en cambio, denunció que los rehenes quedaron en medio del fuego cruzado cuando un grupo armado no identificado atacó uno de sus campamentos en la selva. Las versiones difieren sobre quién habría sido el atacante, si el ejército, un grupo paramilitar o mercenarios que intentaban realizar una misión rescate.

Pero los misterios y las incógnitas no se limitan sólo al caso de la muerte de los diputados. Hoy, Chávez llegará nuevamente a Bogotá y esta vez su visita no sería sólo formal. La semana pasada, los dos mandatarios se vieron para sellar el nuevo protagonismo del presidente venezolano en las negociaciones con las FARC. Hoy, en cambio, la cita fue programada sólo con unos días de anticipación y casualmente coincidió con las versiones que aseguraban que Chávez habría recibido una propuesta de la guerrilla colombiana. Estos rumores cobraron aún más fuerza ayer cuando se supo que el canciller de las FARC, Rodrigo Granda, estaría planeando un encuentro con el líder bolivariano, según filtró a la prensa una legisladora colombiana que es parte de la Comisión de Paz del Congreso.

Además, el presidente francés y también mediador Nicolás Sarkozy reapareció ayer. Llamó a Uribe para ponerse al día y, seguramente, para enterarse de lo que hablará hoy el mandatario colombiano con Chávez. El vocero de Sarkozy, David Martinon, habló más tarde con la prensa y destacó que el mandatario había expresado su pleno apoyo a la intermediación del presidente venezolano para lograr la liberación de los secuestrados, entre ellos la ex candidata presidencial y ciudadana francesa, Ingrid Betancourt. Nada seguro, sólo otra casualidad.