Vie 07.09.2007

EL MUNDO  › EL EX GENERAL GOLPISTA ABRIO UNA CUÑA EN LA CONCERTACION DE PARAGUAY

Lino Oviedo salió libre y se candidatea

Con llamativa velocidad, el ex general consiguió que le dieran la libertad condicional, pese a estar procesado en dos causas y condenado en una tercera. Sus seguidores ya lo candidatean para el 2008, aunque su situación judicial no habilita su participación. El fallo sacudió a la alianza opositora.

› Por María Laura Carpineta

Una multitud lo esperaba ayer afuera de la cárcel militar en las afueras de Asunción. Cerca del mediodía, después de pasar tres años y dos meses tras las rejas, el ex general Lino Oviedo recuperaba su libertad y reafirmaba su condición de líder político. El hombre que sigue despertando la esperanza de muchos de los más pobres en Paraguay salió triunfante y saludó a los miles de simpatizantes que no paraban de gritar su nombre y agitar calcomanías y pancartas que decían “Oviedo Presidente 2008”. Poco importaba que el ex comandante del ejército y ex candidato presidencial colorado todavía esté procesado por dos causas, una de ellas por magnicidio, y que su libertad condicional no le permita presentarse en las próximas elecciones. Ayer los oviedistas eran optimistas. Después de todo, el ex general golpista logró saltar dos juicios y una condena, y colarse en la carrera electoral.

Después de cumplir con los trámites burocráticos de rigor, Oviedo salió de la cárcel de Viñas Cué rodeado de guardias. Prefirió no hablar y se metió en su Mercedes Benz negro. Los miles de simpatizantes que lo esperaban no aceptaron el hermetismo del ex general y se tiraron frente al auto, forzando a Oviedo a bajarse y saludar durante unos minutos. Una vez cumplido el ritual, el Mercedes volvió a arrancar y se puso al frente de una caravana de autos que, como en una procesión, recorrieron el tradicional camino hasta la basílica de la ciudad de Caacupé, la sede de la Virgen de los Milagros y patrona de Paraguay. Ese fue el escenario elegido para su primer discurso masivo. Habló de su compromiso católico, de las “injusticias que sufrió”, pero nada de política. Sin embargo, lejos del palco su mano derecha y presidente de su partido, la Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (Unace), Enrique González Quintana, aseguraba que el ex general competirá por la presidencia en abril próximo.

Ese anuncio terminó de patear el tablero de la Concertación y su líder, el popular ex obispo Fernando Lugo. Aunque en la alianza opositora nadie lo quería admitir ayer, la liberación de Oviedo y sus ambiciones presidenciales abrieron una nueva batalla interna. Después de meses de discusiones y peleas, Lugo y su principal socio, el Partido Liberal Radical Auténtico, habían llegado a un acuerdo. El primero sería candidato a presidente y el PLRA elegiría a su compañero de fórmula. Con Oviedo en la cárcel, su partido, la Unace, apoyaba al binomio.

Pero con el fallo de ayer de la Corte Militar, la Concertación tiene que mezclar y volver a repartir. Según adelantó a Página/12 Hermes Saguier, el abogado de Lugo, el ex obispo estaría dispuesto a evaluar su candidatura si se demuestra que el ex general tiene más posibilidades de ganarle al oficialista Partido Colorado en las elecciones. “Se podría analizar a través de encuestas. Para Lugo lo más importante es que la oposición vaya unida”, explicó el hombre de confianza de Lugo.

A pesar de que tanto el ex obispo como el PLRA quieren contar con los votos de los oviedistas incondicionales –alrededor de un 13 por ciento–, todavía es un misterio lo que hará el ex general. Para el analista político Alfredo Boggia, todas las opciones están abiertas. Por un lado, Oviedo puede llegar a un acuerdo con la Concertación y con Lugo, lo que, según las encuestas, sería una victoria casi segura de la oposición. Por otro lado, las ambiciones presidencialistas del ex general podrían imponerse a cualquier compromiso con Lugo, quebrando la unidad de la alianza opositora y mejorando las posibilidades de los colorados de sumar cinco años más a las seis décadas de gobierno que ya llevan. Por último, Oviedo podría volver a sus raíces coloradas y terminar de inclinar la balanza a favor del oficialismo.

Por ahora lo único seguro es que Oviedo quiere dejar todas sus opciones abiertas. “No vengo a alterar ni a dividir, sino a colaborar”, le dijo a la prensa desde su casa, en donde se recluyó después de la ceremonia en la basílica de Caacupé. El ex general tiene hasta enero, cuando cierran las listas electorales, para lograr aclarar su situación judicial. A pesar de lo que dicen sus abogados, no está habilitado para ejercer un cargo público ya que, aunque está en libertad condicional, debe seguir purgando los más de cinco años de condena que le quedan por el intento de golpe de Estado contra el gobierno de Juan Carlos Wasmosy, en 1996. Sin embargo, para Boggia es muy probable que su situación se arregle muy pronto. “No me extrañaría después de la velocidad con la que consiguió la libertad condicional en tres procesos diferentes”, señaló.

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