Vie 07.09.2007

EL MUNDO  › ACUSAN A LOS MEDICOS DE EE.UU. DE TOLERAR ABUSOS EN LA BASE

Hipocresía hipocrática en Guantánamo

› Por Jeremy Laurence *

Más de 260 médicos de todo el mundo han lanzado un ataque sin precedentes contra el establishment médico estadounidense por no condenar las prácticas no éticas de los médicos practicantes en la prisión de la Bahía de Guantánamo, en Cuba. En una carta a The Lancelet, médicos de 16 países, incluyendo de Gran Bretaña y Estados Unidos, dicen que la actitud de no actuar de las autoridades regulatorias de Estados Unidos está “dañando la reputación de la medicina militar estadounidense”.

Comparan las acciones de los médicos militares, a quienes acusan de estar involucrados en la alimentación por la fuerza de los prisioneros de Guantánamo y de hacer ojos ciegos a la evidencia de tortura en Irak y otros lados, a la policía de seguridad sudafricana involucrada en la muerte del activista antiapartheid Steve Biko, hace treinta años. El grupo resaltó la alimentación por la fuerza de prisioneros en Guantánamo el año pasado y sugirió que los médicos involucrados deberían ser denunciados a sus cuerpos profesionales por traspasar las reglas éticas aceptadas internacionalmente. Los médicos escribieron: “Ningún trabajador de la salud en la Guerra contra el Terror ha sido acusado o convicto por ningún crimen significativo a pesar de las numerosas instancias documentadas, incluyendo los informes fraudulentos de detenidos que murieron como resultado de los interrogatorios”.

Estados Unidos introdujo la política de alimentación por la fuerza, en la que los prisioneros son atados a una silla y se les introduce un tubo por la garganta hasta el estómago, después que más de 100 prisioneros comenzaran una huelga de hambre en 2005. “Los médicos que atienden una huelga de hambre tiene la fundamental responsabilidad de reconocer que los prisioneros tienen el derecho a negarse al tratamiento”, escribieron los médicos. Después de la protesta del año pasado, David Nicholl, neurólogo del hospital de Birmingham, que condujo la protesta, interpuso quejas formales ante dos juntas médicas, en California y en Georgia en Estados Unidos. También interpuso una queja ante la Asociación Médica Norteamericana, de la que John Edmondson, el ex comandante del hospital de Guantánamo, era miembro.

Escribiendo en The Lancelet, el doctor Nicholl y sus cosignatarios dicen: “Después de 18 meses no hubo respuesta de la AMA, las autoridades californianas declararon que ‘no tienen jurisdicción para investigar incidentes que ocurrieron en un lugar federal/base militar’, y las autoridades en Georgia dijeron que ‘la queja fue totalmente investigada’ y que ‘la junta concluyó que no había evidencia suficiente para apoyar la acción judicial’”. Cuando la misma queja fue considerada por el Royal College of Physicians en el Reino Unido, éste concluyó: “En Inglaterra, esto sería un acto criminal”.

El doctor Nicholl dijo que era de “vital importancia” que a los médicos independientes del ejército de EE.UU. se les permitiera investigar el cuidado de prisioneros en Guantánamo y la muerte de los detenidos (hubo informes de tres suicidios en junio de 2006).

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12

Traducción: Celita Doyhambéhère

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