Pese al estado de excepción, la insurgencia de Colombia persiste en su desafío contra el flamante gobierno de Alvaro Uribe y sabotea su tarea número uno de poner orden: en 48 horas (entre lunes y martes) las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) secuestraron al menos a 36 personas en el noroeste colombiano. El martes el ELN capturó a 26 turistas colombianos procedentes del departamento de Valle en el parque nacional de Utría, departamento de Chocó y unos doce que descansaban en un centro de vacaciones fueron secuestrados el lunes por las FARC en el municipio de Chigorodó, departamento de Antioquia; dos fueron liberados. Además, las FARC ayer mantenían bajo su poder a unos mil campesinos del municipio Riosucio también al noroeste, “utilizados como escudos humanos”, según denunció el secretario del Interior de Chocó, Yamit Yurgaki. A todo esto, la embajadora estadounidense en Brasilia Donna Hrinak aseguró ayer que espera que Brasil colabore con una posible fuerza de pacificación de Colombia.
“Cualquier invitación debe venir del gobierno de Uribe y nosotros esperamos que Brasil colabore con su vecino”, enfatizó la embajadora a la prensa en Brasilia. No obstante, aseguró que la “única que sabe cuál será el papel de los vecinos de Colombia será Colombia”. En este sentido dejó en manos del hombre mano dura con la guerrilla el “tipo de apoyo” que está preparando, aunque convino en que Brasil dispone de una “herramienta muy importante”, como es el Sistema de Vigilancia de la Amazonia (Sivam), que ha entrado recientemente en funcionamiento. Por su parte, el ministro de Defensa brasileño, Geraldo Quintao, que en los últimos días ha viajado a Perú y Ecuador para ver el tipo de participación que estos países tendrán en este sofisticado sistema, aseguró que su país no tiene dinero para participar en una eventual fuerza multilateral con Colombia. “No hay esa posibilidad por el momento”, aseguró Quintao después de decir que el ejército brasileño había tenido que suspender dos ejercicios previstos por falta de presupuesto. Ecuador, en tanto, cerrará el paso nocturno por la frontera con Colombia, dijo el embajador en Quito, Eliseo Restrepo.
Yurgaki, encargado del manejo del orden público en Chocó, informó que “en el río Truandó, miembros de las FARC tienen retenidas a mil personas como escudos humanos. A estas personas no se les permite movilizarse de esa región”. El funcionario hizo la denuncia basándose en informes entregados por la defensoría del pueblo de Riosucio (700 km al noroeste de Bogotá, en Chocó). Según los mismos, los rebeldes decidieron escudarse en la población civil al agotárseles la munición en un combate con las fuerzas paramilitares de ultraderecha.
Los secuestros en masa, los más graves desde la toma de posesión del presidente Alvaro Uribe el pasado 7 de agosto, se producen en momentos en que el vicepresidente Francisco Santos acaba de anunciar que se fortalecerán las medidas para contrarrestar el fenómeno, en el marco del estado de excepción declarado el pasado 12 de agosto para combatir a los grupos armados ilegales. Santos ha señalado que las medidas, sobre las cuales prefirió no adelantar nada, buscarán desarticular las grandes organizaciones dedicadas al secuestro y recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones.