EL MUNDO › EN UCRANIA PIDIERON QUE SE INVESTIGUE EL ESCRUTINIO
› Por Askold Krushelnycky *
Ucrania parecía haberse distanciado más de Rusia a medida que los primeros resultados de la elección del domingo mostraban el fuerte apoyo a los partidos democráticos prooccidentales. Casi sola, Julia Timoshenko, la extravagante heroína de la Revolución Naranja en 2004, inspiró a un electorado cansado de promesas rotas. Ya con un 90 por ciento de los votos contados, el partido del premier Viktor Yanukovich, apoyado por Rusia, llevaba la delantera con el 33 por ciento. Pero el partido de Timoshenko, con el 31,5 por ciento, puede pedir el apoyo del presidente Viktor Yushchenko, cuyo partido ganó el 15 por ciento de los votos. Hay una frágil tregua entre Timoshenko y el presidente, que fueron aliados durante la revolución hace tres años pero recientemente han sido rivales.
El panorama electoral estará completo con dos o tres pequeños partidos, los que pasen el umbral del 3 por ciento necesario para entrar en el Parlamento. Uno de esos, el Comunista, se alineará con Yanukovych. El partido conducido por Volodymir Litiyn se unirá al mejor postor, probablemente la renovada coalición Naranja. Yanukovych dijo que llevaría una fuerte manifestación de 50.000 personas al centro de Kiev, la capital de Ucrania, ayer a la tarde, supuestamente como cabeza de lanza para una campaña para desafiar los resultados de la elección del domingo. Pero sólo 6000 estuvieron presentes, la mayoría en ómnibus desde el baluarte del primer ministro en Donetsk, al este. Los manifestantes, muchos de los cuales admitieron que les fueron pagados el equivalente a 20 dólares para aparecer, desaparecieron después de los discursos de los líderes del partido.
Los monitores de la UE y occidentales dijeron que en general la votación se había llevado a cabo bien y los resultados debían considerarse válidos. Pero Yushchenko ordenó ayer una investigación sobre el recuento de votos, luego de que su rival, Yanukovych, adelantó al bloque de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, con el 80 por ciento de los votos escrutados.
La elección fue un intento de superar el ciclo de permanente revuelta política en Ucrania desde la Revolución Naranja, que llevó a Yushchenko al poder en enero de 2005. Sus titubeos transformaron una leve mayoría parlamentaria pro Naranja en una victoria para su archirrival promoscovita, Viktor Yanukovych, en las elecciones del año pasado. Cuando Yanukovich fue premier, Timoshenko lanzó una campaña para tener nuevas elecciones diciendo que lo último que la mayoría de los votantes socialistas quería era un gobierno del Partido de las Regiones, que mezcla un rapaz seudocapitalismo con éticas estilo “Buenos muchachos”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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