Venezuela ya tiene reelección indefinida. La Asamblea Nacional aprobó ayer uno de los puntos más polémicos de la reforma constitucional promovida por Hugo Chávez. Sin mucha demora, los diputados le pusieron el punto final a esta iniciativa y a la extensión del mandato presidencial a siete años. La reelección indefinida sólo se aplicará a la Presidencia. A pesar de las críticas y los temores que había provocado este artículo entre la oposición, ayer no se vieron manifestaciones en las calles de Caracas ni grandes pronunciamientos de los dirigentes antichavistas. La única que emitió un comunicado fue la Conferencia Episcopal Venezolana. “La nueva Constitución vulnera los derechos fundamentales del sistema democrático y de las personas, poniendo en peligro la libertad y la conciencia social”, decía el texto. Con la aprobación de la reelección indefinida, la parte central de la reforma está casi completa. El gobierno chavista todavía debe aprobar un último artículo que despierta críticas. Se trata del que habla del estado de excepción, es decir, la prerrogativa del Poder Ejecutivo de decretar la ley marcial en un momento de profunda crisis nacional. La cuestión ha provocado la ira de los tradicionales opositores al régimen bolivariano –la Iglesia Católica, los organismos de derechos humanos estadounidenses y los partidos antichavistas–, pero también entre sus aliados. El Partido Comunista y Podemos, dos fuerzas minoritarias dentro del oficialismo, advirtieron sobre el peligro de aceptar la supresión de los derechos civiles, aún en un estado de excepción. Los cuestionamientos tendrán poca resonancia esta semana cuando se vote en la Asamblea. Sin embargo, todavía queda el referéndum del 2 de diciembre, que debe ratificar toda la Carta Magna.