Arrancó la campaña electoral en España. En camino a los comicios generales del 2008, el oficialista Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el opositor Partido Popular (PP) anunciaron ayer sus propuestas. Confiado en la victoria de su partido, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero defendió su gestión actual y prometió aumentar el salario mínimo así como las pensiones. Mientras que el líder del derechista PP, Mariano Rajoy, cerró un acto masivo en el que anticipó la rebaja de impuestos para enfrentar la inflación y rechazó negociaciones con el grupo independentista vasco ETA. A una semana del conflicto entre Caracas y el rey de España en la Cumbre Iberoamericana, oficialistas y opositores criticaron a Venezuela.

Para Zapatero las elecciones del 8 de marzo próximo son decisivas. No sólo para continuar la política de su gobierno actual, sino también para que España sea un país líder de la modernidad, dijo ayer el presidente en una reunión al sur de España, en Málaga. “Estos comicios son más importantes que los de hace cuatro años”, señaló. “Lo mejor está por venir y el mejor resultado también”, aseguró, indicando que los logros de su gobierno eran sólo el principio.

Luego de defender la política social y económica de su administración, el líder español reiteró su promesa de elevar el salario mínimo hasta 1160 dólares y aumentar las pensiones. Sin olvidarse de sus militantes, Zapatero los alentó a trabajar para ganar unos comicios que, según el mandatario, no están decididos.

Durante la reunión, el dirigente del PSOE destacó su patriotismo en el reciente desencuentro con Caracas, cuando el rey Juan Carlos calló al presidente venezolano Hugo Chávez, mientras Zapatero defendía al ex presidente español José María Aznar. “Esa es mi forma de ser patriota, ése es para mí el auténtico patriotismo y espero que sirva de lección para que entre españoles, entre los representantes políticos, fuera de España no haya ni un ataque, ni una descalificación ni a nuestro país ni a ningún dirigente de nuestro país”, dijo el socialista. “La prepotencia y la pretendida superioridad agudizan los conflictos”, añadió.

Por su parte, el líder del PP, Mariano Rajoy, clausuró ayer en Madrid la Conferencia Política que su partido celebró durante el fin de semana y a la que asistieron numerosos venezolanos portando una gran bandera de su país que decía “Libertad”. Frente a más de 10.000 militantes, Rajoy no sólo fue contundente en sus críticas al gobierno bolivariano, sino que también arremetió contra el Palacio de La Moncloa. “No es razonable que nos alineemos con los tiranos frente a los disidentes, tanto en Cuba como en Venezuela”, manifestó, en referencia a las relaciones diplomáticas que el PSOE reanudó en 2004 con Cuba y Venezuela. “Debemos recuperar el prestigio de España en Hispanoamérica”, añadió.

Sin embargo, el principal anuncio del PP fue la reforma fiscal, que eximirá de pagar impuestos a quienes ganen menos de 23.200 dólares al año (16.000 euros). “Nuestro objetivo es que 7 millones de trabajadores y pensionistas que pagan hoy el impuesto de la renta de las personas físicas dejen de hacerlo”, precisó Rajoy, que consideró que la reforma era la más importante de la democracia.

En cuanto a la Constitución, el dirigente conservador dijo que quiere reformarla para reducir la autonomía de la región de Cataluña, un reclamo muy criticado por la derecha. Por eso, propuso garantizar el uso y aprendizaje del castellano en toda España para frenar el peso del catalán y el euskera en Cataluña y el País Vasco. Por último, el líder del PP adelantó que desde el parlamento rechazará cualquier negociación con ETA.