Luiz Inácio Lula da Silva perdió a otro ministro por denuncias de corrupción. Walfrido dos Mares no era un hombre de su riñón, pero tenía la importante y difícil tarea de negociar con el Congreso. Las acusaciones, sin embargo, no golpean a Lula, sino a sus opositores socialdemócratas. Según explicó ayer el procurador general Antonio de Souza, Dos Mares habría lavado dinero cuando recaudaba fondos para el partido del ex presidente Fernando Henrique Cardoso en el estado de Mina Gerais en 1998, el mismo año que el ex mandatario ganaba la reelección.

Dos Mares anunció su decisión poco después de que De Souza presentara formalmente la acusación contra él y otras catorce personas, la mayoría dirigentes o personas vinculadas con el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). El ahora ex ministro explicó que dejaba el gobierno para no perjudicar a Lula y se declaró inocente. “Ni la Policía Federal ni el propio procurador me dieron el derecho de prestar las aclaraciones a lo largo de casi diez años en los cuales se investigó este asunto”, se defendió Dos Mares. Lula optó por no hablar y los correligionarios de Dos Mares ya eligieron a un reemplazo, el líder del Partido Trabalhista Brasileño en Diputados, José Mucio Monteiro.

El ex ministro es un empresario que se sumó al gabinete de Lula por sus buenos contactos con las oligarquías provinciales, que ocupan la mayoría de las bancas en el Congreso nacional. Su salida complica al gobierno, que se encuentra en medio de una dura pulseada con los legisladores para aprobar la prórroga de un millonario impuesto al cheque, que financia gran parte de sus programas sociales.

En tanto, el otro gran golpeado, el PSDB, recibió la mala noticia justo el día de su convención nacional. Las acusaciones de la Procuraduría dejaron sin palabras a los dirigentes que hace apenas un año atacaban sin miramientos a Lula y al Partido de los Trabajadores (PT) por el megaescándalo de corrupción conocido como el mensalao. El cobro de sobornos y el lavado de dinero que la policía descubrió en Mina Gerais es muy similar al esquema que utilizó el petismo para llenar sus arcas electorales en los últimos años.