Desde Islamabad

El Tribunal Supremo, con los nuevos jueces nombrados por el general Pervez Musharraf, levantó ayer el último obstáculo legal existente contra la reelección de Musharraf como presidente de Pakistán por otros cinco años. Fuentes gubernamentales aseguran que mañana el general se quitará el uniforme definitivamente para jurar su cargo como civil. El mando del ejército quedará en manos del general Ashraf Pervez Kiyani.

Musharraf, para garantizarse que no habrá cambios en un futuro inmediato, introdujo el miércoles una enmienda constitucional que da cobertura a todas las medidas dictadas estos días, incluido el estado de emergencia que permitió suspender la Carta Magna ahora reformada. Según la cadena británica BBC, el general se ha comprometido a levantar el estado de excepción antes de las elecciones en una conversación mantenida ayer con el primer ministro británico, Gordon Brown. Brown se encuentra en Kampala, en la cumbre de la Commonwealth, que debe analizar si suspende la ayuda a Pakistán.

El líder de la Liga Musulmana de Pakistán-N (PML-N), Nawaz Sharif, exiliado en Arabia Saudita, tiene previsto entrevistarse hoy con el rey Abdulá para tratar su regreso a Pakistán, informó anoche. Nawaz rechazó reunirse con Musharraf durante la visita realizada por éste al reino saudita el pasado martes, en la que supuestamente pidió al rey que impidiera la vuelta de Sharif. Pero el dirigente saudí se niega a inmiscuirse en la política interior paquistaní y considera que si la líder del Partido Popular de Pakistán (PPP) ha vuelto, no hay razón para cortarle el paso a Sharif.

El líder opositor paquistaní Imran Khan instó ayer a todos los partidos de la oposición a boicotear las elecciones legislativas del 8 de enero, que tachó de “fraudulentas”, porque, a su juicio, sólo servirán para reforzar el poder del general Pervez Musharraf. Khan, ex jugador de cricket reconvertido en político, aseguró al canal Dawn que la oposición tiene las manos atadas ante las elecciones y, por eso, “no tiene sentido concurrir”. El líder opositor, que está al frente del partido Teehrik-e-Insaf, admitió que muchas formaciones están pendientes de la decisión que tome el Partido Popular de Pakistán (PPP) de la ex primera ministra Benazir Bhutto sobre las elecciones. “Si ella decide concurrir, entonces por supuesto tendremos que discutir las implicaciones”, afirmó. Bhutto ha criticado duramente el estado de excepción y ha señalado que, si se celebran con esta medida aún, en vigor las elecciones serán manipuladas, pero no ha aclarado si el PPP se presentará o no.

El partido de Khan pertenece al opositor Movimiento Democrático de Todos los Partidos (APDM), una alianza de varias formaciones contrarias al régimen de Musharraf y que tienen previsto reunirse el próximo sábado para decidir si participan en las elecciones.

Imran Khan fue puesto el miércoles en libertad tras ser detenido la semana anterior cuando iba a participar en un acto público en la Universidad de Lahore (Este), en la ola de arrestos políticos practicados tras la declaración del estado de excepción.

El gobierno ordenó esta semana la liberación de más de 3000 de presos políticos y aseguró que lo hacía para allanar el camino a unas elecciones libres y limpias, algo que, según Khan, es pura “propaganda”. Musharraf declaró el estado de excepción el 3 de noviembre alegando el aumento de la violencia extremista y la injerencia de los jueces en los asuntos del gobierno.

Lo cierto es que a pesar de las excarcelaciones, Musharraf no ha conseguido aplacar las críticas internacionales. Ayer, Londres tomó la medida más fuerte hasta el momento al suspender a Pakistán de la Commonwealth hasta que retorne a la democracia.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.