Sáb 24.11.2007

EL MUNDO  › EX JEFES BRITANICOS LO ACUSAN DE DESPRECIAR LAS FF.AA.

Malestar castrense con Brown

› Por Walter Oppenheimer *
desde Londres

Cinco generales, todos ellos antiguos altos jefes del ejército británico y ahora miembros de la Cámara de los Lores, han acusado al primer ministro Gordon Brown de “despreciar” al ejército cuando éste está sacrificando a sus soldados en los campos de batalla de Irak y Afganistán. Las quejas fueron lideradas por el almirante lord Boyce, jefe del Estado Mayor de la Defensa en el momento de la invasión de Irak, en marzo de 2003, y secundadas por lord Guthrie, lord Craig, lord Bramall y lord Inge. El ataque concertado de estos cinco militares supone la culminación de una larga serie de muestras de descontento del ejército con el poder político desde hace ya meses, pero es sobre todo un ataque directo a Brown.

Es un ataque a Brown por el momento en que se produce –al final de una semana política especialmente trágica para él– y porque lo hacen responsable personal de sus dos quejas más notables: la falta de recursos debido a la tacañería con que, a su juicio, ha tratado a los militares en los diez años que estuvo al frente del Tesoro y porque, ya como primer ministro, ha añadido desprecio a esa tacañería al añadir al ministro de Defensa, Des Browne, las funciones de ministro para Escocia.

Los militares se han tomado como una ofensa el hecho de que Brown les destine lo que ellos llaman un ministro “a tiempo parcial” cuando el ejército afronta dos conflictos armados al mismo tiempo. Sin embargo, esa queja tiene sólo algo de fundamento, porque las responsabilidades de Des Browne como ministro para Escocia son relativamente testimoniales desde el punto de vista de la gestión cotidiana, ya que el gobierno escocés es el responsable directo de las principales políticas. Pero las quejas económicas parecen tener más fundamento, o al menos han sido planteadas desde hace ya tiempo, y la retirada británica de Irak es, en gran parte, consecuencia del descontento del ejército.

Los militares no sólo lamentan la pobreza de su equipamiento, sino la mala calidad de sus viviendas y de la atención sanitaria que reciben. Aunque el gasto en Defensa ha aumentado ligeramente en los últimos años en términos brutos, ha caído en términos relativos. Esta misma semana, el actual jefe de las fuerzas armadas, el general Richard Dannatt, se quejó de la creciente distancia que separa al ejército y a la población civil.

Pero esto no es todo para el pobre Brown. Después de haber logrado para el país el período más largo de prosperidad económica del que se tiene memoria, se ve perseguido, desde que sucedió a Tony Blair al frente del gobierno, por las noticias negativas. La última es el sondeo del diario The Times, con el que se desayunó ayer que por primera vez los votantes confían más en el liderazgo económico conservador, pese a su relativa bisoñez, que en Brown y su ministro de Finanzas, Alistair Darling.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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