Europa, Estados Unidos y cuatro países de América latina, entre ellos Argentina, prometen 7400 millones de ayuda a los palestinos que serán desembolsados en un plazo de tres años.
› Por Eduardo Febbro
desde París
Mucho más de lo que se esperaba y sin dudas menos de lo que hacía falta. La conferencia internacional de donantes para el Estado palestino que reunió en París a 87 países y entidades financieras aportó un masivo respaldo a la Autoridad Palestina. El presidente palestino, Mahmud Abbas, había solicitado 5600 millones de dólares pero los donantes prometieron un aporte de 7400 millones de ayuda que serán desembolsados en un plazo de 3 años. La Argentina, representada por el vicecanciller Roberto García Moritán, también se sumó al movimiento solidario a través de la promoción de trabajos en varias ciudades palestinas como Gaza, Belén y Ramalá.
Confrontada a la falta de fondos, a la crisis política con el movimiento islamista Hamas, a las continuas ambivalencias y restricciones de Israel y al horizonte nublado de los acuerdos de paz, la Autoridad Palestina obtuvo en la capital francesa un respaldo que sus dirigentes interpretaron como un “voto de confianza”, según la expresión empleada por el primer ministro palestino, Salam Fallad. “El verdadero ganador es el Estado palestino”, dijo ayer el jefe de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner. Más explícito aún, el comunicado final de la conferencia de donantes puso de relieve el hecho de que la reunión “emitió una fuerte señal del apoyo político y financiero al gobierno de Abbas”. La conferencia tenía dos metas entrelazadas, la financiera y la política. A través de los fondos recabados se trataba de fijar las bases de la paz esbozada en noviembre pasado en la conferencia de Annapolis, Estados Unidos, en donde israelíes y palestinos se comprometieron a trabajar con vistas a crear un Estado Palestino a finales de 2008. “Después de años de desconfianza Annapolis reimpulsó la esperanza”, dijo Nicolas Sarkozy durante la reunión, y agregó: “Sepan estar a la altura de lo que está en juego, sean generosos, sean audaces, estamos hartos de la guerra... Ofrézcanles a los pueblos de Israel y de Palestina el más hermoso de los regalos: la paz”.
La comunidad internacional pareció escuchar las palabras de Sarkozy y entender el mensaje de Abbas, que, en la apertura de la conferencia, advirtió: “Sin la continuación de esta ayuda y sin la liquidez necesaria para el presupuesto palestino vamos hacia la catástrofe en la Franja de Gaza y el Cisjordania. Espero que todos sean conscientes de ello”. Hasta la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, hizo vibrar la cuerda del dramatismo cuando resaltó que esta conferencia era “literalmente la última esperanza que tiene el gobierno palestino de escapar de la quiebra”. El dinero será utilizado en prioridad para reactivar la moribunda economía palestina, pagar los salarios de 160 mil funcionarios y construir infraestructuras. Por añadidura, estos fondos refuerzan políticamente a Abbas tanto frente a Hamas como ante Israel.
La Comisión Europea, que es el principal contribuyente de la ayuda a los palestinos, anunció la entrega de 600 millones de dólares mientras que Estados Unidos reveló que proporcionará 555 millones en 2008, Francia 300 millones en un lapso de tres años. La ayuda conjunta de París, Berlín y Londres suma más de mil millones de dólares. Es notoria la ausencia de una contribución consistente por parte de la Liga Arabe. La ayuda de 55 millones de dólares prometidos por la Liga desde 2002 aún no se ha hecho realmente efectiva. Sin embargo, Arabia Saudita prometió en París un aporte de 500 millones de dólares. La Argentina no firmó cheques, pero en cambio se sumó al esfuerzo a través del FOAR, el Fondo de Cooperación mediante el cual la Cancillería promueve asistencia técnica a determinados países. En los últimos 20 años Buenos Aires ha estado de una u otra forma siempre presente en los territorios palestinos. Ahora lo hace con una serie de proyectos en tres localidades palestinas, Gaza, Belén y Ramalá, en varios sectores de la construcción o restauración urbana. Argentina, Brasil, Chile y Venezuela fueron los únicos países de América latina representados en la conferencia de donantes.
Entre cheques generosos y desbloqueo de fondos el tema omnipresente durante la reunión fue la trama política que complica el avance del diálogo israelí-palestino. Las conversaciones entre ambas partes se reiniciaron el pasado 12 de diciembre, pero volvieron a tornarse antagónicas a raíz de la decisión israelí de construir 300 viviendas para colonos en un sector cercano a Jerusalén. Ante la protesta de Abbas, la jefa de la diplomacia israelí, Tzipi Livni, respondió de modo indirecto, diciendo que Israel tiene intención de respetar la Hoja de Ruta de 2003 (el plan de paz elaborado por la comunidad internacional) “cumpliendo con nuestras obligaciones, incluidas las implantaciones”.
Desde Gaza, el movimiento Hamas no tuvo sino palabras de repudio. Para Hamas, la conferencia de París fue “una peligrosa conspiración”. La postura de Hamas y el cerco Israelí impuesto a Gaza han terminado por activar una bomba de tiempo en ese territorio palestino. El PNUD, Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, advirtió en París sobre el riesgo de que el sector privado palestino de Gaza se derrumbe totalmente si Israel sigue cerrando la franja –el cierre fue instaurado a mediados de junio–. En base a una encuesta realizada en 319 empresas de Gaza, el PNUD afirma que las empresas de este territorio apenas alcanzan un nivel de producción de 11% contra 76% en enero de 2006. El organismo de la ONU constató que 36% de las empresas redujeron en un 40% el salario de sus empleados. Otra cifra precisa muestra la profundidad de la hecatombe palestina: la mitad de los funcionarios de la Autoridad Palestina están pagados con fondos de la comunidad internacional.
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