EL MUNDO › NUEVE PAISES SE SUMAN AL AREA SIN FRONTERAS DE LA UE
› Por Andreu Missé *
Desde Bruselas
El último vestigio del telón de acero, el control fronterizo, que separaba a los antiguos países comunistas de la Europa del Este de las democracias occidentales ha caído esta madrugada. Los ciudadanos de las antiguas repúblicas socialistas –hoy Eslovenia, Eslovaquia, Estonia, República Checa, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia– y Malta pueden circular libremente a partir de hoy sin controles en las fronteras terrestres y marítimas interiores de estos países y las de los quince Estados que hasta ahora formaban el llamado espacio Schengen.
La entrada en vigor del nuevo espacio de libertades supone un extraordinario aumento de los derechos de los ciudadanos y un avance real y palpable del proyecto europeo, a pesar de sus crisis institucionales. Las eternas colas y las pesadillas asociadas a muchos controles fronterizos dejarán de existir. Con los nuevos nueve socios, la zona Schengen estará formada por 24 países con una población de 404 millones de ciudadanos. Las fronteras exteriores de este espacio ampliado de libre circulación de ciudadanos aumentan en 4278 kilómetros, las más extensas son con Bielorrusia –1264–, Rusia –1058–, Croacia –1014– y Ucrania.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, ejemplificó de manera práctica el significado de la ampliación. “A partir de hoy”, –dijo–, “la gente puede viajar sin problemas entre 24 países de la zona Schengen sin controles en las fronteras terrestres y marítimas, desde Portugal a Polonia y desde Grecia a Finlandia.” Y añadió que “juntos hemos superado los controles fronterizos, como obstáculos hechos por el hombre, para lograr la paz, la libertad y la unidad de Europa, mientras que creamos las condiciones para aumentar la seguridad”.
Austria y Eslovaquia lanzaron ayer la salida del nuevo acuerdo derribando la barrera aduanera del puesto fronterizo de BergPetrzalka. El canciller austríaco, Alfred Gusenbauer, manifestó que “el acto era un acontecimiento histórico después de las destrucciones de dos guerras mundiales y la división del continente por el telón de acero”. Por parte eslovaca, el primer ministro, Robert Fico, manifestó entusiasmado que esta noche “se podrá viajar por unos 4000 kilómetros entre Tallín (Estonia) y Lisboa sin ningún control fronterizo”, según la agencia France Press.
El acuerdo de Schengen fue firmado en esta población luxemburguesa, próxima a Alemania, Bélgica y Francia, por estos países y Holanda en 1985. El acuerdo tiene dos objetivos: por una parte, eliminar los controles para las personas en las fronteras interiores y definición de las fronteras exteriores comunes y, por otra parte, un paquete de “medidas compensatorias” para reforzar y aumentar las fronteras exteriores, como la cooperación judicial y policial, instauración de derechos de observación y persecución transfronteriza para las fuerzas policiales de los Estados pertenecientes a la zona. Entre estas medidas se destacan la cooperación en materia de visados e información a través del Sistema de Información Schengen –SIS-.
Al acuerdo inicial de estos cinco Estados se sumaron a principios de los años noventa Italia, España, Portugal y Grecia. En 1995, Austria firmó el convenio y al año siguiente se incorporaron Dinamarca, Finlandia y Suecia. Paralelamente se sumaron Noruega e Islandia, aunque estos países no forman parte de la Unión. Además de favorecer la movilización de los ciudadanos, el espacio Schengen ha favorecido el dinamismo económico regional y cultural de Europa, de manera especial en las zonas fronterizas.
* El País de Madrid. Especial para Página/12.
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