EL MUNDO › SUSPENSO DE TORNO A LOS TRES REHENES DE LAS FARC
Hugo Chávez y Piedad Córdoba le pusieron un freno a la ilusión sobre la inminente puesta en libertad de tres cautivos de la guerrilla. Explicaron que Colombia perjudica con operativos militares.
› Por Eduardo Febbro
Desde Caracas
La Navidad puede transcurrir sin los rehenes en libertad. Todas las miradas y las ilusiones estaban puestas en la posibilidad de que los tres rehenes colombianos que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) debían entregar al presidente venezolano salieran de su cautiverio en estos días navideños, sea hoy o mañana. Sin embargo, ayer, en el curso de un viaje relámpago que realizó a Caracas, la senadora colombiana Piedad Córdoba puso un freno a la ilusión cuando afirmó que existían problemas operativos que podrían demorar la liberación. “Hay una cosa que juega muy en contra, hay muchos operativos en el país, no los van a suspender y puede dar lugar a que de pronto se pueda atrasar la liberación hasta que haya condiciones que no vayan en contra de la seguridad e integridad de los rehenes”, dijo Córdoba en rueda de prensa en la capital venezolana.
Información verídica o mero juego para aumentar la presión hacia Bogotá, lo cierto es que la situación de los tres secuestrados liberables, Clara Roja, su hijo Emmanuel, y la parlamentaria Consuelo González, se tornó confusa luego de las declaraciones de Córdoba y las del mismo Hugo Chávez, que recién regresaba anoche a Caracas desde Cuba. El mandatario venezolano afirmó que la liberación es “una operación delicada, porque hay en Colombia grupos, algunos cercanos al Gobierno o del propio Gobierno” que están dispuestos a interferir. Chávez dirigió sus dardos contra el Ejecutivo colombiano, a quien acusó de carecer de voluntad para facilitar la liberación de los rehenes. En las últimas 48 horas corrieron persistentes rumores sobre el rumbo que habían tomado los tres rehenes y varias fuentes aseguraron incluso que estos ya estaban en territorio venezolano. La información fue desmentida por el vicepresidente venezolano, Jorge Rodríguez. Los estados fronterizos de Amazonas y Apure, además de la región central venezolana de Barinas, cuyo gobernador es el padre de Hugo Chávez, serían los posibles lugares de su liberación.
Con todo, en Caracas, Piedad Córdoba dijo ignorar el lugar donde podría producirse el desenlace. Cuando le preguntaron si los rehenes quedarían libres antes de Navidad Córdoba fue ambigua: “Tal antes, tal vez después”. Hace unos días, Venezuela había hecho saber que las autoridades ya tenían preparadas las unidades operativas que participarían en el proceso de liberación, y que sólo estaban esperando las instrucciones del presidente Chávez para poner en movimiento los planes de seguridad. Las informaciones o especulaciones que circulan son o esperanzadoras o contradictorias. Hugo Chávez anunció que en cuanto regresara a Caracas iba a elaborar un plan para recibir a los rehenes. El plan, desde luego, debe existir. Ayer, la senadora colombiana puso nombre a las tres opciones, incluso si dijo desconocer cuál de ellas sería la definitiva: Brasil, Ecuador o la frontera entre Venezuela y Colombia. A pesar de que sopla una brisa que hace temer cierta improvisación, Córdoba aclaró: “Lo único que tengo claro, es que, como de costumbre, el presidente Chávez contribuye, colabora, apoya y pone toda la logística al servicio de la entrega de las personas; improvisaciones estoy segura que no habrá”, afirmó.
En Bogotá, el gobierno desmintió las reiteradas acusaciones de Chávez, tanto sobre la falta de voluntad del Ejecutivo como sobre la existencia de operativos militares en las zonas sensibles. El ministro colombiano de Interior y Justicia, Carlos Holguín Sardi, restó veracidad a las insinuaciones de Caracas: “Ojalá que eso se produzca (la liberación) lo más pronto posible. No hay de parte del gobierno colombiano ningún afán de interferir en que ello se dé ni ningún tipo de interferencias”. Holguín puso por cuenta de las FARC los rumores y las flechas envenenadas. La demora, dijo el responsable, responde a que las FARC buscan preparar una suerte de “show” especialmente destinado a los medios de prensa internacionales.
En esta guerra de legitimidad entre dos capitales y de la que pende la vida de muchas personas, cada palabra es un elemento más de la intoxicación o, tal vez, de la aún movediza verdad. A última hora de ayer las especulaciones volvieron a apuntar hacia el Amazonas como punto de la liberación y mañana como el día clave. Pero son sólo rumores. Chávez parece tener la última palabra y recién llega en las próximas horas para aclarar el panorama. O tiempo de espera, o la hora de la libertad.
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