Guatemala estrenó presidente. Ante la presencia de mandatarios de otros países, ayer asumió Alvaro Colom, quien prometió un gobierno de unidad nacional, seguridad y menos pobreza en los primeros cien días de gobierno. “Todas las acciones que se hagan son parte del programa de 4 años para que dejemos un país menos pobre y totalmente seguro”, señaló. La socialdemocracia que desarrollará, afirmó, se identificará con el modelo de Chile, Brasil y España antes que con los gobiernos de Bolivia, Nicaragua o Venezuela. Luego de reunirse con una delegación de Estados Unidos, Colom conversó con el presidente Felipe Calderón de México, Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil y Hugo Chávez de Venezuela.

Un ingeniero industrial de 57 años se convirtió ayer en el séptimo jefe de Estado de Guatemala desde 1986, cuando concluyó la sucesión de dictaduras militares que asolaron el país de Centroamérica desde 1954. El líder de la Unión Nueva Esperanza (UNE), elegido el 4 de noviembre en segunda vuelta, prometió hacer un gobierno con rostro maya, en el que sus mayores retos serán frenar la rampante inseguridad que mata a un promedio de 16 personas por día, mejorar la situación de más de la mitad de guatemaltecos que viven en la pobreza y sacar del ostracismo a la pobre población indígena, que representa a un 42 por ciento de Guatemala.

Ayer, el presidente confirmó dos carteras relevantes de su gabinete que tenía aún vacantes. En el Ministerio de Interior colocó a Vinicio Gómez, un asesor de seguridad respaldado en voz baja por las embajadas de Washington y Madrid, mientras que en Defensa catapultó al general Marco Tulio García. Según el diario guatemalteco El Periódico, se trata de un oficial de Inteligencia que fue prominente miembro de la G2 durante el gobierno del ex dictador Jorge Serrano Elías y director de esa dependencia en tiempos de Alfonso Portillo. Además, García es acusado de tener relaciones con un grupo de militares retirados que tendría nexos con el narcotráfico.

En materia fiscal, el nuevo presidente de Guatemala ha tranquilizado al empresariado asegurando que no habrá más impuestos. Sin embargo, su ya designado ministro de Hacienda, el tecnócrata progresista Juan Fuentes, declaró que promoverá una reforma fiscal para incrementar la carga tributaria que el año pasado se situó en el 12,5 por ciento.

Si bien Colom se identifica con gobiernos progresistas, tampoco reniega del libre mercado. “Habrá una socialdemocracia con rostro maya y sabor a tortilla, libre mercado hasta donde sea posible y Estado donde sea necesario”, afirmó. Será un modelo propio y novedoso, añadió, que en poco o en nada se parecerá a la experiencia de Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia o Daniel Ortega en Nicaragua. En cambio, vaticina, habrá mayor sintonía con el gobierno de Michelle Bachelet de Chile, Lula de Brasil y José Luis Rodríguez Zapatero de España, a quienes considera progresistas, modernos y democráticos.

A la investidura asistieron unos 1500 invitados de más de 70 países, entre los que estuvieron los presidentes de Colombia, Venezuela, Costa Rica, Brasil, Ecuador, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y Taiwan. Poco antes de asumir, el líder guatemalteco se reunió con su homólogo mexicano. “Los principales temas de la agenda fueron el desarrollo fronterizo integral, el fenómeno migratorio, el desarrollo humano, la seguridad, la justicia, el comercio, la inversión y el turismo”, dijo Ronaldo Robles, vocero de la presidencia de Guatemala. Luego Colom se vio con Lula, a quien le aceptó la invitación para visitar Brasil y concretar proyectos de cooperación.

Con Chávez sucedió algo similar. Tras conversar a puertas cerradas con su par guatemalteco, el presidente venezolano lo invitó a integrar el acuerdo de integración energética Petrocaribe. “Estamos totalmente de acuerdo con Petrocaribe”, dijo Colom.