EL MUNDO › UN NUEVO ENVION, TRAS EL “SUPERMARTES”, A LA CANDIDATURA DE MCCAIN
Sorpresivamente, el ex gobernador de Massachusetts y ultraconservador se retiró de la carrera por la Casa Blanca. Dejó a Mike Huckabee, el ex gobernador de Arkansas que ganó muchos de los estados sureños en las últimas primarias, como el único rival serio del ex veterano de Vietnam John McCain.
› Por Rupert Cornwell *
desde Washington
La recuperación de John McCain quedó sellada ayer cuando el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney se retiró definitivamente de la carrera a la Casa Blanca. El senador de Arizona, que ya contaba con una cómoda ventaja en el recuento de delegados, ahora tiene el camino libre para convertirse en el candidato republicano para la elección de noviembre próximo.
Técnicamente, Romney sólo suspendió su campaña, una fórmula que también utilizó el demócrata John Edwards cuando abandonó la contienda la semana pasada. Lo que significa es que el ex gobernador conservará los 140 delegados que consiguió hasta ahora y mantendrá abierta la posibilidad de volver a presentarse, si algo le sucede a McCain.
Pero más allá de las especulaciones y las suspicacias, lo cierto es que Romney se retiró, dejando a Mike Huckabee, el ex gobernador de Arkansas que ganó muchos de los estados sureños en el “supermartes”, como el único rival serio en las primarias republicanas. Pero Huckabee, un ex pastor baptista, no tiene verdaderas chances de imponerse en la Convención Nacional del partido. Por eso, muchos creen que se mantendrá en carrera para alcanzar un lugar en la fórmula como candidato a vicepresidente.
La retirada de Romney, anunciada en un encuentro de dirigentes conservadores en Washington, sorprendió a aliados y rivales. La noche del “surpermartes”, a pesar de los magros resultados, el ex gobernador de Massachusetts había prometido “seguir todo el camino que quedaba hasta la Casa Blanca”. Pero en realidad estaba retrasando lo inevitable. “En estos tiempos de guerra –dijo ayer en lo que pareció un discurso de derrota–- debo dar un paso al costado por el bien del partido y del país.”
Antes del inicio de las primarias, Romney parecía un candidato sólido. Era rico, mediático y apuesto, y aportaba su bagaje de empresario exitoso y ex gobernador. Pero a pesar de haber gastado 35 millones de dólares de su propio bolsillo, Romney nunca llegó a conectar con los votantes, no tanto porque era mormón, sino porque muchos creyeron que era un oportunista, que cambiaba su posición según el momento y el electorado al que se enfrentaba.
Como gobernador del progresista estado de Massachusetts, se hizo un nombre como un dirigente moderado híper competente. Pero para la elección de 2008, se reinventó como un conservador a ultranza, que se oponía tajantemente al aborto y a la reforma migratoria. Nunca llegó a convencer a los republicanos de su giro. Peor aún, siempre tuvo que luchar por el voto conservador. Primero con Fred Thompson y luego con Huckabee. Al final, sólo ganó seis primarias y caucus, principalmente en el oeste del país.
Para McCain, en cambio, el día de ayer fue su coronación. Hace seis meses, todos los analistas lo daban por muerto. Su postura conservadora sobre la guerra en Irak era muy impopular entre los norteamericanos, sus finanzas estaban casi en rojo y los medios lo descartaban cada oportunidad que tenían. Pero aprovechando que nadie esperaba nada de él, el ex veterano de Vietnam que sobrevivió a los campos de detención del Vietcong, siguió peleando. Uno a uno, sus principales rivales fueron renunciando. Primero Thompson, luego el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani y, ahora, Romney. Al final, McCain fue el único candidato republicano de pie.
Aun así muchos conservadores siguen sin confiar en McCain y su disposición a romper con la ortodoxia del partido. Pero lo cierto es que el partido está en una difícil situación y las cualidades de sobreviviente del ex veterano de guerra lo convierten en el republicano con mejores posibilidades de conservar la Casa Blanca. Algunos conservadores dejaron saber en estos días que no lo soportan y están dispuestos a presentar un candidato propio. Pero la mayoría aceptó que no tienen otra opción que apoyarlo. Además, mientras los demócratas están entascados en una guerra civil entre Barack Obama y Hillary Clinton, McCain puede empezar ya a unificar al partido detrás suyo.
Pero no sólo Estados Unidos debe llegar a aceptar los términos de una candidatura de McCain. Las encuestas demuestran que el senador tiene posibilidades reales de vencer tanto a Obama como a Clinton el 4 de noviembre. Por eso, el resto del mundo también debe analizar la posibilidad de un gobierno McCain. Probablemente, si gana las esperanzas de una superpotencia menos beligerante, desaparecerán. Más que cualquier otro candidato, e incluso más que George Bush, el ex veterano de Vietnam piensa como un guerrero.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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