El presidente colombiano Alvaro Uribe estaba contento ayer. Con una sonrisa y apenas unas horas después de que su ministro de Defensa anunciara la supuesta muerte del número uno de las FARC, Manuel Marulanda, el mandatario hizo otro anuncio. Dijo que un grupo de guerrilleros le ofreció desmovilizarse y entregar a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y a otros rehenes. Antes de hacerlo, explicó Uribe, piden saber cómo se les recompensará.

Desde Florida, uno de los municipios del Valle del Cauca que las FARC demanda despejar, el presidente colombiano aprovechó su buen momento. “Que no gasten llamadas en celular que eso es caro, y procedan a entregarse rapidito”, dijo, dirigiéndose al Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, el funcionario a quien le habría llegado la supuesta oferta de los guerrilleros sublevados.

Uribe sabe que las FARC vienen de una mala racha. Hace unos días se entregó Karina, una de las guerrilleras más buscadas y la presunta asesina del padre del presidente, según el gobierno. Unos meses atrás, el miembro del Secretariado Iván Ríos fue asesinado por su número dos, que se rindió al Ejército y entregó toda la documentación y las computadoras del líder guerrillero. Los dos desmovilizados dieron grandilocuentes conferencias de prensa, en las que aseguraron que la guerrilla está a un paso de la fractura.

Sin dejar de sonreír ni un instante, el mandatario recordó la creación de un fondo de recompensas de hasta 100 millones de dólares para los guerrilleros que se rindan y entreguen al Ejército a secuestrados. Además, Uribe reiteró que están negociando con Francia –y quizás otros países amigos– un “mecanismo de libertad condicional”. Según Bogotá, los guerrilleros que se desmovilicen y entreguen rehenes podrían ser enviados a Europa u a otra parte del mundo, donde se les garantizaría la libertad condicional, mientras colaboran con la Justicia colombiana.

Después de explicar las mismas ofertas que viene presentando desde principio de año, Uribe se puso serio y rechazó, nuevamente, el despeje militar que piden las FARC para liberar a los secuestrados. “Despeje en zonas con población para que se recupere el terrorismo, no. Zona rural despoblada de encuentro con la Iglesia Católica y con liberación de secuestrados, sí. Eso debe quedar claro”, dijo con firmeza. Las FARC ya rechazaron públicamente esta opción.