En Zimbabwe todos los medios son del Estado y controlados por el gobierno. Antes no era así, pero el presidente Robert Mugabe fue gradualmente cerrando o llevando a la quiebra a todos los que no se alineaban con su política central de reelección eterna. La oposición y los periodistas independientes editan en el exterior o emiten sus programas de radio y televisión por Internet. Ayer, el gobierno de Mugabe, cansado de ver circular periódicos de exiliados –The Zimbabwean, publicado en Sudáfrica, vende más que todos los diarios oficiales juntos– declaró la importación de periódicos y revistas “artículo suntuario” y les impuso una tasa del cuarenta por ciento.