A los 86 años y en una celda confortable, falleció el criminal de guerra nazi Dinko Sakic, que fue detenido en Argentina en 1998. El jefe del campo de concentración nazi más importante de Croacia durante la Segunda Guerra Mundial, conocido por jactarse de su oscuro currículum, murió el domingo por la noche en el hospital de la prisión de Zagreb. “Falleció luego de una prolongada y grave enfermedad”, indicó un comunicado de la prisión. Pese a la gravedad de la condena que afrontaba, Sakic habitaba una cómoda celda donde gozaba de acceso a una televisión y computadora en la que escribía sus memorias, y tenía autorización para visitar a su esposa, Nada, varios días al mes en un asilo de ancianos en Croacia. El genocida dirigió el campo de concentración Jasenovac entre 1942 y 1944, donde decenas de miles de serbios y judíos fueron ejecutados bajo el régimen ustasha, un gobierno títere del régimen nazi. Tras el fin de la guerra en 1945, Sakic huyó y fue arrestado en Argentina en 1998 y extraditado a Croacia. Allí fue declarado culpable de ejecutar personalmente a 20 prisioneros en septiembre de 1944 y ordenar la ejecución y tortura de muchos otros. Por estos cargos el croata fue condenado al máximo de 20 años de prisión, más de 50 años después. Su esposa, que también fue guardia de un campo de concentración de mujeres en Stara Gradiska, un complejo formado por cinco campos de concentración sobre el río Sava, al sur de Zagreb, también fue acusada, pero nadie pudo testificar que hubiera matado a alguien. En una entrevista realizada por un diario croata 1995, el llamado “Auschwitz croata” hizo alarde de sus hazañas en Jasenovac e indicó que volvería a hacer lo que hizo si fuera necesario. En ese campo, murieron entre 45.000 y 52.000 serbios y entre 8000 y 20.000 judíos según el Museo del Holocausto en Washington.