Los ejecutivos de Chiquita Brands, la empresa bananera estadounidense que fue condenada por financiar a los grupos paramilitares en Colombia, declararon ayer por primera vez en Bogotá. Se trata de los diez ex directivos de Chiquita y de Banadex, la filial local, que participaron del pago de 1,7 millón de dólares entre los años 1997 y 2004. Según declararon los ejecutivos estadounidenses en el juicio que se realizó en su país, los paramilitares los tenían amenazados. Aunque el argumento no convenció, el Departamento de Justicia llegó a un acuerdo con la transnacional y le impuso una multa de 25 millones de dólares, una cifra irrisoria según las víctimas colombianas, quienes todavía no vieron ni un peso. Ahora los ejecutivos locales de la empresa tendrán que responder ante la Corte Suprema colombiana, ya que los paramilitares asesinaron a miles de personas en la zona bananera.