Vie 29.08.2008

EL MUNDO • SUBNOTA  › APOYA A GEORGIA CON SU PRESENCIA EN EL MAR NEGRO

EE.UU. mandó un buque de guerra

› Por Rodrigo Fernández *

Desde Moscú

Los gestos militares han empezado a acompañar el enfrentamiento diplomático provocado por el conflicto de Georgia. Estados Unidos ordenó ayer el envío al Mar Negro del “Mount Whitney”, buque insignia de su VI Flota, con el objetivo de entregar ayuda humanitaria. Dos navíos de guerra estadounidenses, el guardacostas “Dallas” y el destructor “USSMcFaul”, se encuentran en aguas georgianas –el primero en el puerto de Poti y el segundo cerca de Batumi, donde el martes descargó 35 toneladas de ayuda– para mostrar su apoyo al gobierno de Tiflis.

Simultáneamente, Rusia lanzó un misil balístico intercontinental desde el cosmódromo de Plesetsk. El Tópol-RS12M, diseñado para burlar los sistemas antimisiles, dio en el blanco previsto en la península de Kamchatka, a 6000 kilómetros de distancia. El lanzamiento del Tópol es un desafío a los planes estadounidenses de emplazar un radar en la República Checa y diez misiles interceptores en Polonia como elementos de su sistema global de defensa antimisiles. El Kremlin ha criticado duramente esos planes, ya que no cree que, como explica Washington, el objetivo de esas instalaciones sea evitar un ataque de países como Irán o Corea del Norte.

Y en medio de esta escalada de maniobras, la OTAN rechazó con vehemencia las acusaciones de Moscú de que está reforzando su presencia naval en el Mar Negro. “No hay ningún refuerzo naval, como las autoridades rusas lo anuncian en los medios de comunicación”, remarcó una portavoz. La Alianza Atlántica explicó que cuatro buques de guerra, un español, un polaco, un alemán y un estadounidense, habían llegado a la zona en el contexto de unos ejercicios de rutina con Rumania y Bulgaria, planificados mucho tiempo atrás, como lo demuestra las notificaciones de tránsito por los estrechos de Turquía y los permisos recibidos en junio.

El Mar Negro, hasta ahora dominio de la flota rusa basada en Sebastopol –en la península ucraniana de Crimea– se ha convertido en un nuevo foco de tensión. El presidente ruso, Dmitri Medvedev, dio a entender que su flota no piensa cumplir con las nuevas normas aprobadas por el gobierno ucraniano que obligan a los buques, aviones y personal rusos a notificar sus movimientos con 72 horas de antelación.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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