No son días agradables para la gente pobre ni para los indígenas en el oriente boliviano. Los mercados populares de Santa Cruz, donde la mayoría de los comerciantes son occidentales, cerraron sus puertas ante las amenazas de los cívicos. Igualmente unos 300 integrantes de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) atacaron y saquearon la feria de Barrio Lindo y el Mercado Abasto. La Confederación de los Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), una de las cinco organizaciones nacionales que colaboraron con la redacción de la nueva Constitución, recibió la visita indeseable de 20 indígenas adheridos al Comité Pro Santa Cruz, varios de ellos expulsados de sus organizaciones por traicionar al movimiento indígena. “Es una especie de Durmiendo con el enemigo”, comentó a PáginaI12 el mojeño Pedro Nuny, vicepresidente de la Cidob. “Estos hermanos, metidos con la prefectura y el comité, están acá y nos exigen que aceptemos el estatuto autonómico de Santa Cruz”, afirmó.

“Dicen que si no aceptamos, hacen una llamada por teléfono y tenemos aquí a la UJC para que nos destroce todo”, indicó el indígena. La llamada “casa grande” de 34 pueblos indígenas tiene resguardo policial, pero en estos días los uniformados no pudieron dar seguridad en ninguna de las instalaciones que protegieron hasta el ingreso de los autonomistas, ya que tienen prohibido utilizar armas de fuego.

La Coordinadora Interinstitucional por los Derechos Humanos de Santa Cruz, integrada por diez organizaciones no gubernamentales ni prefecturales, difundió ayer una carta abierta al prefecto, Rubén Costas, en la que le solicitan “un claro llamado a los grupos enardecidos para que detengan esta ola de violencia y terrorismo que asuela a la ciudad, invoque a los medios de comunicación de la región para que abandonen la sistemática campaña que convoca al odio y a la confrontación entre ciudadanos. Denunciamos y exigimos que se pare el uso de nuestra juventud en actos de saqueo, instalación del miedo y la zozobra en la ciudad. Señor prefecto, usted ha sido la primera autoridad elegida por el voto popular, no deslinde su responsabilidad: esté a la altura de su cargo, pare la violencia y garantícenos la paz social”.

Anoche, los unionistas tomaron la terminal Bimodal de trenes y micros con una táctica que envidiaría el persa Darío: tras varias horas de lucha contra la policía, se retiraron hasta que los uniformados se confiaron. Entonces regresaron para saquear e incendiar lo que se cruzaran.

En esta situación, poco efecto tiene el bloqueo que iniciaron campesinos en Cochabamba en la localidad de Bulo Bulo, lindante con Santa Cruz. “La Confederación de Colonizadores de Bolivia, en coordinación con los movimientos sociales y la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), hemos determinado el bloqueo de caminos en Santa Cruz y decretado movilización permanente en defensa de la democracia y la unidad del país. Convocamos a la población en todos los departamentos a salir a todas las plazas de las ciudades, provincias, municipios, regiones y pueblos a defender la democracia y la unidad del país”, dijo Fidel Surco, dirigente de los colonizadores. Este bloqueo poco cambia el panorama en un departamento repleto de piquetes cívicos, por lo que pueden empezar a faltar los alimentos, como ya hay ausencia de combustibles.

La declaración de persona no grata al embajador de EE.UU. trajo placer a las organizaciones. El secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), Pedro Montes, dijo: “Celebramos esta decisión porque tenemos que botar a los gringos que, en su ambición, han venido a convertir en muerte y dolor sus ganas de controlar al país”.

El diputado cruceño de Poder Democrático Social (Podemos) Oscar Urenda, sostuvo: “No nos van atropellar. Somos lo suficientemente fuertes como para partir al país y si tengo que agarrar un palo, una onda, un arma, lo voy hacer, pero voy a defender mi territorio y nadie va a pasar por encima”.

El guarayo Yganicio Urapuca, diputado de Podemos, decía ayer en Cidob a los medios que ya habían tomado la organización, mientras adentro todavía discutían los sectores en desacuerdo. Nuny contó: “Les dijimos que pueden quedarse con las paredes si quieren, pero la Cidob está en las personas que la hacemos, no ellos”. Hoy continuarán en discusiones “pacíficas”, según los amenazantes indígenas del comité, para que la Cidob se apegue a los dictados de los cívicos. Anoche, en esta ciudad aún se oía la pirotecnia de la UJC que anunciaba el próximo edificio a destrozar.