Antes de Irak, el tema principal de la guerra contra el terrorismo era Afganistán. Y la alianza internacional liderada por Estados Unidos pudo haberse atribuido un triunfo, pero no completo: no hay rastros de Osama bin Laden, y la resistencia a las tropas extranjeras y al nuevo gobierno afgano sigue siendo en algunos casos intensa. Así, ayer murieron 16 soldados norteamericanos en el este del país, una de las zonas más conflictivas, en una serie de atentados que incluyó jeeps que transportaban tropas, un campamento militar, un puesto de vigilancia y otras bases. La responsabilidad sería del “Ejército Rojo Mujaidín”, que dicen no ser talibanes, pero que buscan combatir al gobierno de “marionetas” de Hamid Karzai.
Según la agencia rusa Interfax, citando fuentes del Ministerio de Defensa afgano, tres jeeps norteamericanos del tipo “Hummer” explotaron en la provincia de Paktia a causa de artefactos explosivos detonados por control remoto. Al mismo tiempo, en la provincia de Khost habrían sido atacados con artillería un campamento militar y un puesto de vigilancia, así como varias bases en la provincia de Gardes. “Según las últimas informaciones, en total murieron 16 soldados norteamericanos y han sido destruidos cinco tanques y vehículos”, asegura la agencia citando a una fuente militar no identificada.
En una carta enviada al periódico paquistaní News, el hasta ahora desconocido “Ejército Rojo Mujaidín” se adjudicó varios atentados contra objetivos estadounidenses en Afganistán. Según la misiva, algunos de cuyos extractos fueron reproducidos en la edición de ayer, el grupo perpetró numerosos ataques explosivos y con cohetes en las provincias de Khost, Kabul, Kandahar, Nangarhar, Paktia y Kunar. El periódico especuló con que la denominación “Ejército Rojo” hace referencia a la sangre derramada en la lucha contra Estados Unidos. Los remitentes de la carta aseguraron no ser idénticos a los talibanes, a quienes responsabilizaron por el intento de asesinato contra Karzai a comienzos de septiembre en Kandahar. Además, una patrulla norteamericana fue sorprendida ayer por combates entre dos milicias afganas rivales que mantenían una disputa territorial.