EL MUNDO • SUBNOTA › EL PRESIDENTE IRANí EVITó HABLAR DE LAS PROTESTAS EN SU PAíS
› Por Shaun Walder *
Desde Moscú
Para Mahmud Ahmadinejad ayer se trataba de negocios como siempre, cuando utilizó la cumbre en Rusia para atacar a Estados Unidos por causar la crisis económica global, sin mencionar ni una vez su disputada victoria en la elección o las protestas masivas que arrasan la ciudad capital. La única clave de que algo podía no andar en el país fueron los tiempos de llegada y partida del presidente iraní. Debía llegar a la ciudad de los Urales, Yekaterinburgo, el lunes pero finalmente voló ayer a la mañana. Y se fue antes de la prevista conferencia de prensa anoche.
Ahmadinejad y el presidente ruso, Dmitri Medvedev eran todo sonrisas y bromas ante las cámaras, antes de su reunión bilateral. Esta resultó muy corta por cuestiones de tiempo, y según un vocero del Kremlin “ni siquiera se sentaron”. La cumbre que llevó a Ahmadinejad a la ciudad fue la de Shanghai Co-operation Organisation (SCO), un grupo de Rusia, China y cuatro Estados de Asia Central que se posicionó como una respuesta oriental a la OTAN y donde Irán, junto con India y Pakistán, tiene estatus de observador.
No era probable que el líder iraní enfrentara críticas por su victoria aquí. Irán es uno de los países más democráticos del grupo, que incluye a dictadores como Islam Karimov de Uzbekistán, cuyo régimen es uno de los más duros del mundo. Y mientras las potencias occidentales han evitado reconocer la reelección de Ahmadinejad, el grupo SCO no mostró tal cautela, felicitándolo por su victoria. “Le damos la bienvenida al presidente en suelo ruso”, le dijo a los periodistas el vicecanciller Sergei Ryabkov, y “vemos como algo simbólico que haga su primera visita a Rusia. Esto permite una esperanza para el progreso en las relaciones bilaterales”.
Rusia, que tiene un veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, fue instrumental para ayudar a Irán a desarrollar capacidades nucleares. Muchos analistas sugieren que los líderes rusos son perspicaces para usar su relación cercana con Irán como una moneda de cambio en otros temas contenciosos con Washington, tales como el propuesto escudo antimisil de Estados Unidos en Europa oriental. En ningún momento durante su viaje de un día mencionó Ahmadinejad las manifestaciones masivas y el enojo público en su país. Sin embargo, usó la plataforma para criticar a su enemigo de siempre. “Estados Unidos está en el centro de una crisis política y económica”, dijo en la cumbre. “Estados Unidos y sus aliados son incapaces de manejar la crisis.”
Durante una reunión televisada de los presidentes de la organización, Ahmadinejad dijo: “Estamos seguros que los actuales problemas tienen una base ideológica y que las estructuras actuales políticas y económicas están llegando a su fin. Es muy evidente que la época del imperio se terminó y nunca será revivida”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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