En su primera visita ayer al Vaticano, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue recibido por el papa Benedicto XVI en audiencia privada. La reunión, celebrada a puertas cerradas en el estudio privado del pontífice y en horas de la tarde, un horario completamente inusual para el Vaticano, duró 40 minutos y se desarrolló en un clima cordial y cortés, precisó en un comunicado el Vaticano.

El líder espiritual de 1100 millones de católicos y Obama, cristiano protestante, posaron brevemente para los fotógrafos antes de ingresar a la biblioteca. “Es un gran honor. Muchas gracias”, le dijo Obama al Papa mientras lo saludaba con un cálido apretón de manos ante el numeroso grupo de fotógrafos que lo esperaban a la entrada del estudio pontificio. “Estoy seguro de que usted está acostumbrado a los fotógrafos. Yo también”, agregó el mandatario estadounidense.

Si bien la reunión se centró en temas como la crisis económica mundial y la situación en Cercano Oriente, ambos líderes también abordaron la política de desarrollo en Africa y Sudamérica, la ayuda a los pobres, así como la lucha contra el narcotráfico, informó el Vaticano en un comunicado. Debatieron temas controvertidos como el aborto, las células madre y la bioética.

“El presidente Obama se comprometió explícitamente a tratar de hacer todo lo posible para reducir el número de abortos en Estados Unidos”, anunció el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano. “Es una persona con mucho carisma y muy gentil”, subrayó Lombardi, para quien este primer encuentro del Papa con el líder demócrata estadounidense representó un “buen inicio” para las relaciones entre los dos Estados. El presidente estadounidense reconoció que espera “construir una relación fuerte” con el Vaticano, con el que coincide en varios temas, como la necesidad de reducir el armamento nuclear y mejorar las relaciones con el mundo musulmán.

Obama, que está impulsando la paz entre israelíes y palestinos, exhortó igualmente al Papa a continuar actuando por la paz en Medio Oriente. Una problemática que el Papa alemán conoce bien tras el viaje que realizó en mayo a Tierra Santa (Jordania, Israel) y a los territorios palestinos, donde defendió el principio de dos Estados para dos pueblos y condenó el muro levantado por Israel. Ambos líderes hablaron sobre Cuba y Honduras, según Denis McDonough, asesor en seguridad nacional de Obama. Obama “subrayó su estima por el arzobispo Oscar Andrés Rodríguez de Tegucigalpa, que ha jugado un papel clave en la crisis actual allá, y valoró que el líder eclesiástico siga llamando a ambas partes a evitar la violencia allá, que obviamente es un hecho central”.

Al término del encuentro, Obama presentó a la delegación que lo acompañaba, formada por ocho personas y encabezada por su esposa, Michelle Obama, vestida con un traje negro y mantilla. La dos hijas de Obama, Malia y Sasha, y su suegra, también de negro y con mantilla, saludaron al Papa.