El gobierno de facto de Honduras cayó en la cuenta de que se le acabaron los viajes a Estados Unidos. Por eso, solicitó una reunión con la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, y el senador estadounidense Richard Lugar, luego de que Washington les revocara visas a funcionarios y empresarios hondureños.

“En el intento de salvar un proceso (de mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias) en marcha, respetuosamente anuncio que me sentiría muy honrado de reunirme, si lo considerasen oportuno, con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y con el senador (republicano) Richard Lugar”, afirmó al leer un comunicado el canciller del régimen de facto, Carlos López Contreras. El encuentro con Clinton y Lugar, influyente miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, podría ser “en Honduras, en la ciudad de Washington o, si lo prefiriesen, en un tercer país, como podría ser Panamá”, agregó López Contreras.

El consulado de Estados Unidos en Tegucigalpa notificó el viernes que quitó sus visas al presidente de facto, Roberto Micheletti, a López Contreras, a 14 de los 15 magistrados de la Corte Suprema y a varios empresarios.

La Casa Blanca, que no reconoce al régimen golpista, ha presionado de varias formas para lograr la restitución del derrocado mandatario Manuel Zelaya, cortando la ayuda económica y la ayuda militar. La semana pasada también canceló 11 millones de dólares de ayuda para Honduras del programa Cuenta Reto del Milenio.

López Contreras apuntó que “como presunta justificación de las medidas discriminatorias se invoca que el gobierno de Honduras ha rehusado y rehúsa negociar y firmar la propuesta del Acuerdo de San José, pero eso no es cierto”.

Estados Unidos presiona a los golpistas para que acepten el Acta de San José propuesta por Arias, cuyo principal punto es la restitución de Zelaya, quien fue derrocado el 28 de junio. El representante del Departamento de Estado norteamericano Craig Kelly dijo ayer desde San José que su país apoya la iniciativa del presidente Oscar Arias de reunir a los candidatos presidenciales de Honduras para convencerlos de que es necesario que retorne el orden constitucional al país centroamericano.