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“Esto es un teatro donde hay dos cómicos, Chávez y la oposición”
› Por Mercedes López San Miguel
El alto mando militar dio un espaldarazo a Hugo Chávez esta semana, al advertirle a la oposición que no tolerará un colapso de la economía venezolana, cuando se cumple ya la tercera semana de huelga ininterrumpida. Página/12 interrogó sobre el tema al general retirado Alberto Miller Rojas.
–¿Qué significa el apoyo que le dio el ejército al presidente Chávez?
–El ejército está apoyando al Estado venezolano. El comandante general (Julio García Montoya) no ha apoyado al presidente, ha hecho una declaración institucional de ese componente de las Fuerzas Armadas en defensa del Estado, distinto de la defensa del gobierno. Las acciones que se han hecho con Petróleos de Venezuela (PDVSA) atentan contra el territorio nacional, porque ponen en peligro el sistema ecológico del país, al colocar prácticamente unas bombas de tiempo en esos barcos que han parado enfrente de los puertos; están atacando a la población, porque infligen daños contra la industria fundamental de la cual se deriva la mayor parte de los ingresos del Estado. El comandante ha planteado un problema de seguridad estratégica del Estado ante un ataque combinado de factores externos e internos contra la soberanía venezolana.
–¿El ejército está en condiciones técnicas para hacer funcionar las refinerías que están paradas?
–El ejército no se ha planteado hacer operar las refinerías.
–¿Existe la voluntad política de hacerlo?
–Aquí hay un conjunto de trabajadores que no han ido a la huelga de la empresa petrolera, que están dispuestos a poner a funcionar las refinerías. Lo que pasa es que ha habido un sabotaje a los equipos de refinerías, a los sistemas automáticos, por parte de un pequeño grupo de ejecutivos que controlan ciertas posiciones claves de la industria.
–Pero sí están paradas, entonces.
–¡Es que no están paradas! Ahora bien, entorpecieron el funcionamiento de la industria. Tras el sabotaje, están en un proceso de volver a ponerla en funciones, porque hubo daños físicos a las instalaciones.
–La información es que ha paralizado la industria petrolera.
–No se ha paralizado. Han parado algunas exportaciones que ya se reanudaron. En cuatro días han salido 5 millones de barriles de petróleo.
–¿Con qué buques, si están fondeados?
–Salieron cinco buques extranjeros para Estados Unidos, cada uno cargando millón y medio de crudo.
–¿Por qué la Marina venezolana ha sido incapaz de hacer operar los buques de PDVSA fondeados?
–No es que ha sido incapaz, no quiere violentar el orden jurídico. Recuerda que el gobierno no está actuando como el presidente Bush, que militarizó los aeropuertos; aquí no ha habido restricción.
–¿Cómo evalúa el nivel actual de confrontación?
–Es un teatro, en el cual hay dos cómicos, por un lado, el presidente y, por el otro, los cómicos de la oposición: el gallego Carlos Fernández que llegó a Venezuela sin saber bañarse y el payaso de Carlos Ortega. Además, con las molestias que le ocasionan a la mayoría de los venezolanos que no estamos ni un lado ni el otro, y el daño psicológico.
–¿Podría haber un baño de sangre?
–No creo que haya ningún baño de sangre, porque los venezolanos no están dispuestos a matarse, porque no somos locos.
–Pero de hecho hubo tres muertos en plaza Altamira.
–Que se maten a golpes ellos, que no molesten a los demás. Aquí ha habido escaramuzas: no hay bombas, ni terrorismo, ni guerrilla, nada. Todo es un show montado, incluyendo esos militares que están en Altamira, que son unos payasos.
–¿Por qué cree que la oposición quiere la salida de Chávez sin esperar a agosto, para el referéndum revocativo?
–Porque quieren el país para ellos, como pretendieron hacerlo el 11 de abril; lo mismo que Chávez, que quiere el país para control de su pequeño grupo. Nadie está presentando un programa de gobierno para resolver los problemas del país, no hay debate político. Son un pequeño grupo de empresarios, una cúpula de políticos, un pequeño grupo de militares retirados que se están disputando el control del Estado.
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